Siglo y medio de luz en Lugo

Hace 124 años que llegó la luz eléctrica a Lugo, pero dos décadas antes, en 1875, ya había alumbrado en las calles, alimentado con petróleo. Medio siglo después, de todos modos, del primer farol de gas que alumbró España, en Barcelona en 1826

Primera Fábrica de la Luz. CONCELLO DE LUGO, EP, S. CASTRO FREIRE
photo_camera Primera Fábrica de la Luz. CONCELLO DE LUGO, EP, S. CASTRO FREIRE

Aceite, grasas animales, petróleo y electricidad. Ese fue el camino que los lucenses recorrieron, hace algo más de un siglo, para poder tener alumbrado en las calles y, posteriormente, en sus casas.

Hasta mediados de siglo, se utilizará aceite vegetal y grasas animales como combustible de los «ridículos candiles y velas que pringan aceite por todos los lados», decían las crónicas de entonces.

A partir de 1843, comienza a hablarse de un nuevo combustible: el petróleo. Al año siguiente, aparecen en Lugo los primeros objetos para alumbrar alimentados con petróleo. Serían los quinqués.

En 1875, el síndico del Ayuntamiento de Lugo -un abogado que podía ser concejal o no- propuso la instalación de un gasómetro ya que otras ciudades gallegas ya lo tenían.

Cuatro años después, se otorga la concesión del servicio del alumbrado público por gas a Winster-William Scott Smith «pero, dado que en 1880 aún no se había realizado la primera actuación para el proyecto, se anula la contratación», afirma María Jesús Saavedra, responsable del Arquivo Histórico Municipal de Lugo, en 1898. Lugo, Fin do Século.

Los lucenses seguirán usando el petróleo para alumbrarse, pero en 1887 empieza a verse este sistema como anticuado. Comienza, entonces, a pensarse en el gas fluido como alternativa e, incluso, en el alumbrado eléctrico. De hecho, la primera oferta que le llegó al Concello de Lugo en este sentido data de 1881. "Por esas fechas, el Ayuntamiento prepara el cambio de combustible para iluminar las calles de Lugo, cansado de reponer quinqués y comprar mechas y tubos que se rompen continuamente", cuenta María Jesús Saavedra.

ELECTRICIDAD. La luz eléctrica llegará a Lugo en 1894, siendo alcalde Antonio Rodríguez Pérez. Una circular del Gobierno Civil, publicada el 16 de julio, concederá ese año al ingeniero Eduardo Ramos y Díaz de Vila la autorización "para la producción de energía eléctrica con destino a alumbrado y fuerza motriz". La instalación correrá a cargo de Alberto Flandofer, técnico de la empresa Siemens. El Ayuntamiento recibe el alumbrado público eléctrico el 1 de diciembre de 1894.

Un año después, se constituye la Compañía Anónima Alumbrado de Lugo, que se inscribe en el Registro Mercantil el 14 de marzo de 1896.

La empresa tendrá una concesión del servicio por veinticinco años a contar desde la fecha de inauguración y deberá instalar un punto de luz cada 50 metros, así como tener listos los faroles de petróleo si fallaba e invento eléctrico.

QUEJAS. A pesar de este compromiso, las quejas eran continuas. Los libros de actas municipales están llenos de reclamaciones presentadas por concejales y causadas por el mal estado de las farolas y la falta de luz en algunas zonas.

Ante esta situación, el Concello acuerda -en el pleno del 9 de enero de 1897- que "si, en lo sucesivo, se reproduce una sola extinción en Lugo por más de quince minutos sin que se hallen, por previsión, encendidos los antiguos faroles de petróleo, la Alcaldía se incautará, antes de las doce del mediodía del día siguiente, de todo el material antiguo que será devuelto por la empresa".

El Concello también acordó que, desde ese momento, se reestablecería el alumbrado de petróleo quedando provisionalmente este servicio a cargo del municipio. A su vez, dejaría de pagar el coste de la luz eléctrica a la empresa.

Pese a este acuerdo, seguiría habiendo quejas. Los alcaldes de barrio denuncian la inexistencia de alumbrado en el extrarradio, en zonas como San Lázaro, O Polvorín o la carretera de A Coruña. Todo esto llevará a la creación en 1899 de una Comisión Permanente de Alumbrado Público.

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