Los hermanos Cruz, separados por una camiseta

El rojiblanco Bernardo Cruz se enfrentará este sábado con su hermano mayor Fran, que juega en el Lorca y con el que compartió varios partidos en el Córdoba que ascendió a Primera División en 2014

Bernardo y Fran Cruz, cuando militaban en el Córdoba. DIARIO DE CÓRDOBA
photo_camera Bernardo y Fran Cruz, cuando militaban en el Córdoba. DIARIO DE CÓRDOBA

Unidos por un cordón umbilical que no se rompe con la distancia ni con la rivalidad. Una relación indestructible, forjada a base de experiencias compartidas, de un apoyo constante, de avanzar juntos contra cada barrera. Bernardo y Fran Cruz se criaron en la incubadora del Córdoba, jugaron juntos como defensas en el club califal y el sábado (18.00 horas) se enfrentarán con dos camisetas distintas, la del Lugo y la del Lorca, para no conceder ni un milímetro mientras el tiempo corra.

Dos años separan a Fran, el mayor de los Cruz Torres, de Bernardo. A los dos les costó tirar puertas abajo, desde la Escuela de Juanín y Diego hasta ascender con el Córdoba a Primera División. La primera barrera la derribaron junto a su abuelo materno Pablo Torres, un melillense del Real Zaragoza.

"Mi abuelo era muy futbolero. Le debemos el haber empezado en el fútbol. Fue un gran aficionado y siempre que nos enfrentamos al Zaragoza nos acordamos de él», valora Bernardo. «Si a nosotros nos viene algo del fútbol es por él, seguro", apostilla Fran Cruz.

Competitivos, siempre lucharon el uno contra el otro para ver quién era mejor con la nobleza como frontera. "Siempre fuimos muy competitivos desde chicos. En la cochera siempre hacíamos ejercicios con la pelota y terminábamos en un partido uno contra uno. Nunca lo acabábamos, siempre se tenía que meter mi padre a separarnos", explica Bernardo.

La primera experiencia con el deporte de los dos hermanos fue en el fútbol sala, en la Escuela de Juanín y Diego. Una vez cumplida la edad para ingresar en el Córdoba lo hicieron a través del Atlético Cordobés y de ahí quemaron categorías hasta jugar juntos en el Córdoba B. Fran Cruz fue el primero en debutar en el primer equipo verdiblanco, en 2013, con 21 años. Bernardo lo hizo con 20, ante el Dépor en la Copa del Rey en la campaña 2013-2014. En Liga, el central del Lugo inició su andadura en el fútbol profesional frente al Numancia, al lado de su hermano y con un 3-1 a favor.

"Aunque ya había jugado muchos partidos con él en el filial, debutar en Segunda con tu hermano de pareja fue sensacional. Me ayudó a tranquilizarme, a decirme que era un partido más, como si estuviéramos en el filial. Fue el debut soñado: hacerlo con tu hermano en El Arcángel, con tu afición y ganar el partido. Es un partido que nunca voy a olvidar", relata Bernardo.

Juntos apenas tenían que hablar para entenderse sobre el césped. Con una mirada bastaba. "Creo que los dos nos dábamos muchas indicaciones. Unas veces lo hacía yo, otras él, pero siempre teníamos muy buena comunicación entre nosotros. A veces, con la mirada nos entendíamos mejor que con palabras", dice Fran. "Me compaginé especialmente bien con Fran porque no hacía falta ni que nos mirásemos para ver qué pensábamos el uno del otro. Jugamos mucho tiempo, hemos hecho muchos viajes juntos en coche yendo a entrenar, yendo a los desplazamientos y sabemos las características de cada uno", confirma Bernardo.

Sin embargo, algunas veces también había broncas, como ante el Castilla en El Arcángel (2-0). "Nos peleamos en el túnel de vestuarios. Es como el dicho ese de que la confianza da asco. Fue en El Arcángel, contra el Real Madrid Castilla y yo, como era mi hermano y tenía más confianza, le recriminé que tenía que haber sido más agresivo en una jugada"; reveló Bernardo, quien añadió que: "cuando acabó el partido le pedí disculpas y como buen hermano mayor me pegó una colleja y celebramos la victoria".

Pero la admiración mutua siempre ha sido una regla para ambos. Los dos valoran el trabajo y la responsabilidad con la que ambos han ejercido como jugadores y personas. "Fran es un especialista en sobreponerse a todo", afirma Bernardo. "Es un ejemplo porque era consciente de que su hermano pequeño iba a tener una progresión buena y él, aunque estaba a lo mejor en un segundo plano, siempre trabajaba duro. Es un ejemplo de superación y entrega, de pasar malos momentos y seguir, seguir y seguir y por eso es un referente para mí".

"No por ser el grande siempre hay que ser ejemplo, porque él es un ejemplo para mí de muchas cosas y aprendo mucho siempre de él. Es verdad que ni a él nunca nadie nos regaló nada ni nos pusieron las cosas fáciles, al revés, hemos tenido que pelear mucho", considera Fran.

El sábado se enfrentarán entre ellos con la familia "con el corazón dividido". "No le voy a preguntar para evitar cualquier tipo de conflictos", bromea Bernardo.

Uno saltará con la rojiblanca en el pecho, el otro de blanquiazul. No se concederán ni un metro. "Es un partido bonito que siempre lo miras cuando sale el calendario", opina Bernardo, quien matiza que: "Es un rival más. Es él o yo y no hay lugar para los sentimientos en la disputa de la pelota".

"No me voy a cortar en meterle el codo en los riñones si hace falta, lo haré el doble que con otros", confiesa entre risas Fran.

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