El mal estado del césped de los dos últimos amistosos, en Vegadeo ante el Avilés, y en Foz frente al Viveiro, supuso un quebradero de cabeza para el Lugo. Si después del duelo en la localidad asturiana era el técnico, Quique Setién, quien se quejó de las condiciones de los terrenos de juego, tras el encuentro en A Mariña fue el mediocentro Fernando Seoane el que lamentó que no se diesen las condiciones idóneas para poder desempeñar el fútbol de los rojiblancos.
Seoane confía en que en los dos amistosos que restan -el día 12 ante el Cerceda en O Roxo, y el 15 contra el Somozas en Pardiñas- el firme esté en un buen estado para que los dos últimos tests veraniegos sirvan para algo más que coger tono físico.
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