La seguridad de la carretera de Belesar a A Cova, en entredicho

El accidente de Emilio Pintor, cuyo cadáver apareció el miércoles dentro de su coche en el Miño, abre el debate sobre el estado de la vía

Inicio del corredor fluvial que discurre a orillas del Miño. El único tramo con vayas. M.P.
photo_camera Inicio del corredor fluvial que discurre a orillas del Miño. El único tramo con vayas. M.P.

La seguridad del corredor fluvial que conecta Belesar con la playa de A Cova ha vuelto a generar controversia entre los vecinos de la comarca a raíz del accidente del vecino de Melide Emilio Pintor. Su vehículo fue encontrado hace dos días bajo las aguas del río Miño con un cadáver en el interior que era el este hombre, tal y como confirmó la Policía.

El coche cayó a pocos metros del núcleo de población de Belesar, en un tramo donde no hay vallas entre el cauce del río y la vía. La vegetación es además muy alta, prácticamente invade el asfalto, y se hace muy complicado distinguir donde termina la carretera y empieza el precipicio.

Esta situación se agrava según se avanza hacia la playa de A Cova, situada a unos siete kilómetros de distancia de Belesar. A cada paso hay mayor altura y el corredor se hace más sinuoso, con curvas muy cerradas y pronunciadas pendientes.

Algunos de los agentes desplazados ayer hasta la zona para participar en la operación que retiró el coche de Emilio Pintor del fondo del río reconocían la peligrosidad del camino. "Aquí cualquier despiste, por mínimo que sea, puede resultar fatal", advertían.

La infraestructura pasa justo al lado del Miño y se construyó con fondos de la Diputación de Lugo. Consta de 82 curvas -33 a la derecha y 49 a la izquierda- y los radios de giro son muy distintos. A pesar de su longitud y de la extrema cercanía del río, apenas hay unos 30 metros de valla.

Por otro lado, el corredor es en algunos puntos muy estrecho. Es de dos sentidos, pero dos coches que circulen en direcciones opuestas casi no pueden pasar a la vez. Es habitual que uno tenga que parar y dejar moverse al que va hacia el otro lado para no chocar.

Esta imagen se hace muy habitual con la llegada del verano. La playa de A Cova es uno de los puntos turísticos más concurridos de la Ribeira Sacra, especialmente los fines de semana, cuando se llena de bañistas llegados de todas partes de la comarca.

La circulación es elevada y muchos vecinos mostraron ayer su preocupación por que en el futuro ocurran sucesos semejantes al de Emilio Pintor, que no ha sido el único de los últimos años. En 2014, un vecino de Chantada cayó al río con su furgoneta, pero logró abandonar el vehículo y nadar hasta la orilla para salvar su vida. Dos años antes, una monfortina vivió la misma experiencia. También ella pudo salir del agua.

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