El seco mes de agosto pasa factura en Lugo

Los plátanos de Ramón Ferreiro sufren la caída de hojas y el río Miño se puede cruzar a pie de orilla a orilla debido a su bajo nivel

El Miño se puede cruzar a pie J VÁZQUEZ
photo_camera El Miño se puede cruzar a pie J VÁZQUEZ

Los lucenses tuvieron que volver a echar mano ayer por la mañana temporalmente de los paraguas porque regresaron las lluvias, aunque tímidamente, tras uno de los meses de agosto con menos precipitaciones de agua en la ciudad en lo que va de siglo XXI.

Ese seco agosto -se registraron 9 litros por metro cuadrado en total, casi cuatro veces menos que en el mismo mes de 2017, tras llover solo en cinco de sus 31 días, según los datos de MeteoGalicia- puede ser una de las causas de la caída de hojas que han sufrido muchos árboles, como los plátanos de sombra que se encuentran en la Avenida de Ramón Ferreiro y en las inmediaciones del parque Rosalía de Castro.

El Miño está bajo mínimosLa medianera de esta céntrica avenida y las aceras de la Rúa Xornalistas Puro Cora presentan estos días una cama de hojas propia de la estación otoñal.

Los expertos encuentran varias posibles explicaciones a esa caída atemporal. Una de ellas son las altas temperaturas de agosto -se registraron máximas de hasta 38 grados-. Otra es que el cambio climático está «estresando» a los árboles, lo que facilita que sufran problemas sanitarios, como plagas o enfermedades.

El catedrático de Producción Vegetal de la USC, Antonio Rigueiro, aprovecha esta situación para hacer un llamamiento para que cuando se realicen nuevas plantaciones se opte por especies que «sean más resistentes» al cambio climático.

«Lo estamos padeciendo. Cada vez va a ir a más. Tenemos que pensar que el clima se va a ir mediterraizando», agregó este docente del campus de Lugo.

CAUCE FLUVIAL. Otra de las consecuencias de la mínima pluviosidad que se registró en agosto en Lugo es el bajo nivel y caudal del río. Ayer alcanzaba los 0,92 metros y los 4,65 metros cúbicos por segundo, respectivamente, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil.

Hace tres meses, a principios de junio, el nivel del río Miño en la capital lucense era de unos 30 centímetros más y su caudal se multiplicaba casi por nueve.

Va tan bajo que una persona puede cruzar este cauce fluvial a pie de orilla a orilla en varias zonas, sin que el agua llegue hasta la rodilla, como por ejemplo desde el Pazo de Feiras e Congresos hasta el Club Fluvial, en el entorno del puente romano y cerca de la pasarela peatonal de A Tolda.

Ese bajo nivel permite apreciar el mal estado en que se encuentran varios caneiros, situados entre As Illas y A Tolda. Precisan una profunda reparación debido a que están destrozados.

Ese descenso del caudal, de prolongarse, también podría propiciar que se produzca la mortandad de peces.

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