La SD Sarriana rinde un emotivo homenaje al exjugador Pedro López

El club hizo entrega a su familia de una camiseta con el número con el que jugaba el joven, fallecido en un atropello en Costa Rica

El padre del homenajeado mostrando su agradecimiento al club y a Sarria. PORTO
photo_camera El padre del homenajeado mostrando su agradecimiento al club y a Sarria. PORTO

La SD Sarriana rindió en la tarde de este sábado un emotivo homenaje a su antiguo jugador Pedro López Canoa, fallecido el pasado mes en un atropello en Costa Rica, donde estudiaba.

El acto tuvo lugar antes del inicio del partido de Autonómica Preferente que disputaron el club sarriano y el Estudiantil en el estadio municipal de Ribela. Los jugadores de ambos equipos realizaron un pasillo al padre y los dos hermanos del homenajeado, quienes estuvieron acompañados por el presidente de la Sarriana, Manuel Sangil, otros directivos del club y el concejal de deportes, Efrén Castro.

Posteriormente guardaron un minuto de silencio, en el que algunos de los asistentes no pudieron contener las lágrimas. El presidente de la Sarriana hizo entrega al padre del joven de una camiseta del club con el número con el que jugaba Pedro López, el nueve, y con su nombre.

La muerte de este joven causó gran conmoción en el municipio de Sarria, donde es muy conocida su familia

El progenitor se encontraba muy emocionado y pidió decir unas palabras para mostrar su agradecimiento a la SD Sarriana, la directiva del club y al pueblo de Sarria. Él también fue el encargado de realizar el saque de honor del partido en un campo en el que jugó en muchas ocasiones Pedro López Canoa.

Este participó en las categorías inferiores del club, formando parte de los equipos de infantil, cadete y juveniles. Compitió durante seis años en la SD Sarriana, en la que también jugó uno de sus hermanos.

Pedro López Canoa falleció el pasado 16 de noviembre al ser atropellado por un turismo cuando circulaba en monopatín en el barrio de Pavas, en la ciudad de San José. El sarriano se había trasladado un mes antes al país caribeño para estudiar Medicina y tenía previsto continuar durante todo el curso.

La muerte de este joven causó gran conmoción en el municipio de Sarria, donde es muy conocida su familia. En su memoria se celebró pocos días después del accidente una multitudinaria misa en la iglesia del convento de La Merced. El sarriano fue incinerado en Costa Rica y sus restos fueron trasladados a Galicia.

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