San Martiño, un tesoro por descubrir

Arriba, vista de la bóveda de San Martiño con el fresco sobre la Ascensión de María y en el que se puede ver también una representación de la última cena. A la izquierda, exterior de la basílica. Abajo, el párroco en el interior de la misma. jos
photo_camera Arriba, vista de la bóveda de San Martiño con el fresco sobre la Ascensión de María y en el que se puede ver también una representación de la última cena. A la izquierda, exterior de la basílica. Abajo, el párroco en el interior de la misma. jos

La basílica de San Martiño de Mondoñedo, en Foz, es todo un lujo del patrimonio artístico mariñano que, además, guarda en su interior un gran tesoro, ya que posee el conjunto pictórico más importante del románico gallego. No solo eso, sino que prácticamente tiene los únicos frescos que se conservan en la comunidad, ya que los existentes en San Pedro de Rocas, en Ourense, no son tan extensos ni tan bien conservados, pese a que hasta ahora se situaban como los más representativos de Galicia.

La posibilidad de que San Martiño tuviese restos de pintura románica llevaba muchos años en el aire, concretamente desde la década de los 90, cuando Manuel Castiñeiras, profesor de Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los más destacados investigadores nacionales del románico gallego, encendió la mecha sobre esa opción en base a unos restos de pintura que existen en la basílica, aunque estos estaban carentes de color debido al deterioro sufrido por el conjunto arquitectónico, lo que motivaba muchas teorías contrarias. Hacía falta una prueba clara de que esa pintura se correspondía con el siglo XII, y finalmente esta llegó. Durante la rehabilitación de la basílica que se llevó a cabo hasta 2009 y que actualmente aún se complementa, aparecieron un gran número de murales como consecuencia de las acciones de desencalado. La comparación entre estas imágenes y las pocas que existen en Galicia es abismal, ya que no hay ni por asomo ningún fresco tan bien conservado como los de San Martiño.

Manuel Castiñeiras pudo comprobar de primera mano la aparición de estas pinturas, ya que había sido seleccionado para realizar la documentación histórica de cara a la construcción de un museo y centro de interpretación de la basílica de San Martiño, un trabajo que desarrolló desde 2007 a 2009 pese a ya estar residiendo en Barcelona debido a que es uno de los más grandes especialistas en pintura románica. «Al empezar a restaurar se descubrió una bóveda que estaba completamente llena de pinturas del siglo XII», señaló el propio Castiñeiras.

La extensión de las pinturas es realmente impresionante, ya que hay un gran mural sobre el nuevo testamento en el que se narran pasajes de la vida de Cristo, como el milagro de Lázaro. No es la única parte de la basílica con frescos, ya que también están recogidos en la bóveda, donde se representa la Asunción de María. Es muy probable también que en el resto del edificio se encuentre otro bloque pictórico sobre el antiguo testamento, pero este «ya es imposible de verificar porque por encima existen varias capas con otras pinturas y no se podía hacer ahí la descalinización. De hecho la rehabilitación es un trabajo muy delicado y no en todos los sitios se puede intentar quitar capas», explicó Castiñeiras.

Una vez revelados los frescos se pudo verificar, además, que la realización de los mismos coincide plenamente en fechas con el fin de la construcción de la basílica, que terminó de realizarse «entre el 1120 y el 1170. El mural no se pinta hasta que concluyan los trabajos, por lo que coincidiría con el románico gallego», indicó Castiñeiras. Los especialistas en historia del arte, además, no tienen lugar a dudas sobre el estilo de los frescos, a pesar de que son casi los únicos correspondientes al románico que están presentes en Galicia.

Expectación
La publicación de un último trabajo de Manuel Castiñeiras en la revista Compostellanum sobre estas pinturas ha levantado gran expectación por este patrimonio desde muchos lugares del planeta. «Recibí muchas llamadas y mensajes procedentes de un gran número de países, ya que hay mucha gente interesada en este tema porque el románico es muy llamativo y en Galicia no hay apenas restos pictóricos, algo que no ocurre en Francia, por ejemplo», indicó el propio autor.

Con un patrimonio así la comarca mariñana en general y San Martiño de Mondoñedo, en particular, tienen una gran oportunidad para establecerse como una referencia del turismo cultural. «La gente que le gusta el arte viaja mucho y, además, está muy relacionada con el turismo rural, algo que Galicia tiene bien explotado. Sin duda se trata de un público muy bueno, ya que suele poseer un buen nivel adquisitivo, pero para lograr atraer turistas hace falta un mayor apoyo por parte de los políticos», indicó Castiñeiras.

Apoyos
San Martiño vive una situación que es común a muchas localidades pequeñas, ya que normalmente es más difícil conseguir apoyo económico para realizar promoción turística de elementos patrimoniales. En el caso de la parroquia focense se ve claramente con la falta de ayudas para acometer las obras de construcción de un museo y un centro de interpretación en la casa rectoral. El Concello, a base de esfuerzo, fue realizando los trabajos poco a poco y con la contribución de pequeñas subvenciones. Prácticamente una década después las obras de la casa «están bastante avanzadas, tan só lle faría falta un pequeno empurrón para que funcionase como museo», explicó el regidor, Javier Castiñeira.

Uno de los objetivos es que el edificio se estableciese como un punto de información turística desde el que hubiese visitas guiadas, algo que actualmente no se realiza. «Antes había unha persoa do Obispado que desinteresadamente explicáballe as características de San Martiño ós turistas», indicó el alcalde focense, «pero agora xa non hai ninguén».

El Concello intentará buscar una solución con el Gobierno central, ya que fue el Ministerio de Fomento el que aportó un millón de euros para realizar una rehabilitación que concluyó en 2009 y en la que se descubrieron los frescos. Sin más obras por hacer, el objetivo ahora es mejorar la basílica desde el punto de vista turístico.

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