Opinión

San Fernando

DESDE el vano y frustrado intento de habilitarlo para auditorio, el inexplicable y negligente abandono del viejo cuartel de San Fernando, quizá la vergüenza más visible de Lugo, solo sirvió de herramienta de batalla partidista, al margen de cualquier aprovechamiento útil demandado por la ciudadanía, y también para que el Concello alardease con "orgullo" de la dejadez, guiando visitas. Al surgir ahora la, al menos, novedosa propuesta de la Xunta para convertirlo en parador museo, prontamente fue rechazada por la bicefalia del gobierno municipal sin la reflexión de peso que sin duda se merece, más que empuñando la contra, solo para apuntalar la obsesión del museo de la romanización, como si la ciudad no tuviese salas desaprovechados a tutiplén, incluido el MIHL. Como bien apuntó Javier Rivera en este periódico, en su sensato análisis, el ofrecimiento de la Consellería de Cultura significa una oportunidad única para Lugo para revertir la decadencia, sobre todo comercial, del centro histórico y potenciar el turismo cultural y gastronómico. Pero la realidad es que la autodestrucción del histórico edificio seguirá su curso, pretexto manado del cielo para quienes siguen torpedeando posibilidad de transformarlo en espacio útil.

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