Salva Arco, un superhéroe de cómic

Durante estas dos temporadas el alero se distinguió por estar en perfecta sincronía tanto con los los aficionados del Breo como con la ciudad

Salva Arco, un superhéroe de cómic
photo_camera Salva Arco, un superhéroe de cómic

"¡OH capitán, mi capitán! / Terminó nuestro espantoso viaje, / el navío ha salvado todos los escollos. / Hemos ganado el codiciado premio, / ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas, / ya el pueblo acude gozoso...". Así comienza el poema de Walt Whitman Oh capitán, mi capitán, publicado en 1865, que es una elegía en recuerdo de Abraham Lincoln.

Estos versos se hicieron conocidos en España gracias a la formidable película de Peter Weir El club de los poetas muertos. Como si fuese algo premonitorio de lo que aconteció ayer, este lenguaje figurativo que utiliza Whitman bien podría valer para resumir los últimos 12 años del Breogán y, de paso, también para ensalzar la figura del capitán del navío celeste, Salva Arco. El jugador catalán es el líder y el apoyo de todos en el vestuario, el nexo de unión entre la plantilla y el club, el veterano cercano que adopta a los más jóvenes del grupo... "¡Es la hostia!", dicen sus compañeros.

El jugador catalán es el líder y el apoyo de todos en el vestuario, el nexo de unión entre la plantilla y el club

Antes de que recalase en el Breogán, conocimos a Arco por lo que nos hizo sufrir —deportivamente— en el pasado. El 31 de mayo de 2008, en la final a cuatro de Cáceres, el Bruesa le cerró el camino del ascenso al Breogán en semifinales (83-72). En la ficha de ese partido figuran Salvador Arco (10 puntos) y Ricardo Úriz (12).

Años más tarde, también un 31 de mayo —¡pérfida data!—, pero de 2015, en el mítico cuarto partido de play off ante el Ourense, el jugador de Navás nos ajustició con sus triples en los últimos minutos. En ese choque, recordado todavía hoy por el mágico ambiente que se vivió en el Pazo, un tal Cristian Díaz era base del cuadro ourensano. Lo que se les bramó a estos profesionales que ahora sudan la celeste.

Pero añorar el pasado es correr tras el viento y estas dos temporadas Lugo disfrutó con Arco, tanto dentro como fuera de la cancha. El alero barcelonés reconocía en una entrevista esta misma semana que "si un día no estoy acertado, sé que hay algún compañero que va a dar un paso al frente, que va a responder; eso es lo que nos ha llevado a estar donde estamos" —hablaba de humildad—. "En un equipo como el Breogán, al final el no depender de nadie es fundamental", añadió —se refería a la solidaridad—. Asimismo, Arco reconocía que las victorias de su equipo las lograban por "ser más intensos y duros en defensa que el rival, sabiendo que ningún partido es fácil" —en esta ocasión aludía al trabajo—.

Y estas virtudes que el breoganista apuntó —humidad, solidaridad y trabajo— son las que han propiciado el fin de la larga marcha por el averno de la LEB. La cohesión de todo el grupo, en la que el capitán tuvo un papel primordial, han hecho un Breogán monolítico, muy difícil de batir. Hoy saboreamos los frutos.

Fuera de la cancha, Arco coopera de forma altruista con la Asociación MEF2C, que fue fundada por familiares de los dos primeros niños diagnosticados en España con el Síndrome MEF2C, con el propósito de recaudar fondos para la investigación de esta rara dolencia. Además, durante estas dos temporadas el alero se distinguió por estar en perfecta sincronía tanto con los los aficionados del Breo como con la ciudad. Nunca un mal gesto, una mala cara. Siempre dispuesto a colaborar para todo y con todos.

En fin. Un lujo poder contar con aquel niño travieso que con siete añitos repetía los ejercicios de la película The Pistol: The Birth of a Legend en el garaje de su casa y soñaba con ser un profesional del baloncesto. Gracias a su perserverancia lo logró, hasta convertirse en un ‘¡oh, capitán, mi capitán!’; ¡qué digo!, en mucho más, en un auténtico superhéroe de cómic.

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