Ruth Fernández Vidal: "Es fundamental potenciar las catas para despertar todos los sentidos sobre el vino"

Nació en Monforte en 1975 y se licenció en Químicas en la Universidade de Santiago de Compostela. Al finalizar sus estudios realizó prácticas en la estación enológica de Leiro, en Ourense. Ahí fue donde entró en el mundo del vino. Desde 2002 trabaja en el consejo regulador de la Ribeira Sacra
Ruth Fernández inicia la cata de un vino en la sede del consejo regulador
photo_camera Ruth Fernández inicia la cata de un vino en la sede del consejo regulador

Las catas de vino están en auge. Los consumidores se apoyan en ellas para conseguir mayores conocimientos sobre los sentidos que hay que despertar a la hora de degustar un vino. Otros son de la opinión de que con esas jornadas se trata de canalizar a los consumidores hacia determinados productos. El Progreso, desde su delegación de la Ribeira Sacra, ofreció este viernes una sesión en el Hotel Cardenal dirigida por Ruth Fernández Vidal, técnica del consejo regulador de la Ribeira Sacra, en la que habló de todos los mitos y se centró en lo que son las claves para apreciar un caldo.

¿Cuáles son los principales consejos para hacer una cata de vinos?

Las catas son fundamentales para que cualquier persona despierte todos los sentidos y descubra las virtudes de cada vino en particular. Son imprescindibles porque posibilitan un mayor disfrute de los caldos. Habrá gente a la que le cueste más o menos, pero siempre se consigue llegar a un punto donde los catadores logran identificar unos aromas o sabores determinados. Algunas veces hay que citarlos para que sean identificados. Los consejos que se pueden dar para aprovechar una cata es que la gente acuda sin prejuicios. Hay que dejar que la intuición se abra por completo.

¿Toda persona es capaz de llegar a un nivel en el que sepa decir las propiedades de cada vino o al menos si está bien o mal hecho?

Cada persona es distinta. A unas les costará más y a otras menos. Por eso hay que hacer muchas catas. No llega con una o dos. En ocasiones se tarda bastante en percibir lo que tiene cada vino. La práctica lo es todo en muchos terrenos y en este mucho más. Si se intenta y se pone empeño se logra un nivel aceptable para encontrar lo bueno y lo malo de cualquier vino. Después está si gusta o no gusta. Además hay que decir que toda cata es divertida porque también es un juego con los sentidos.

Los de Ribeira Sacra sí que tienen recorrido en las catas.

Entre mis labores en el consejo regulador está acudir a promociones y ferias. En ellas conoces todo tipo de opiniones. Quienes desconocen el vino de la Ribeira Sacra se quedan sorprendidos porque son unos caldos diferentes a los de otras denominaciones. Son más fáciles de beber y afrutados. Llaman la atención y mucho más cuando se enseña la zona de producción. Eso en cuanto a la labor a nivel de feria, con folletos y vídeos. Cuando alguna de esas personas viene aquí se queda totalmente impactada por el paisaje y todavía le encuentra más virtudes a nuestros vinos frente a los clásicos.

¿Todavía hay consumidores habituales de vino fuera de Galicia que desconocen la Ribeira Sacra y sus vinos?

Es una lástima, pero es cierto, aunque cada vez somos más conocidos a raíz de las calificaciones que obtienen algunas bodegas por parte de los grandes catadores de vinos a nivel mundial. Sí hay esa referencia. No obstante, todavía queda mucho camino por andar. Realmente, para la edad que tiene la denominación estamos a un buen nivel, pero hay que seguir con la promoción. En ese sentido, es muy acertado realizar catas de iniciación, tanto entre particulares como profesionales.

Usted es una de las tres técnicas, además de la coordinadora, que están en contacto directo con los bodegueros y viticultores. ¿Se aprecian cambios de mentalidad a la hora de producir en busca de la calidad y no de la cantidad?

Tardaron en convencerse, pero comprendieron que es el camino a seguir y que les da más beneficios. Fue un cambio lento, pero los profesionales vieron que había que hacer podas en verde y no cargar las vides. De esa forma es como se consiguen mejores caldos. También en la vinificación se dieron grandes pasos y podemos estar satisfechos por la modernización de las bodegas y por su presentación de los productos.

¿Qué tal aceptan los bodegueros las nuevas normativas del sector?

Desde el consejo hacemos esa labor continua en los viñedos y en las bodegas de informar sobre lo que se puede hacer y lo que no. A veces cuesta, pero al final todos se ponen al día. Hay unas normas que cumplir y precisamente son para obtener mejores uvas. De esta forma, el viticultor también se da cuenta de que si tiene buen género se lo comprarán a mayor precio. Es más rentable en todos los sentidos. Ahora también hay más posibilidades al reconocerse otras variedades para hacer vinos distintos. Hay más campo.

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