La Rúa San Pedro se está quedando vacía

Una decena de negocios echaron el cierre en los últimos meses sin que, hasta el momento, surjan nuevos establecimientos

Carteles de locales vacíos en la rúa San Pedro. SEBAS SENANDE
photo_camera Carteles de locales vacíos en la rúa San Pedro. SEBAS SENANDE

La calle San Pedro se está quedando vacía. Una decena de establecimientos echó el cierre en los últimos meses sin que, hasta el momento, los locales que ocupaban hayan sido alquilados por otros negocios. El último en cerrar -el pasado 31 de octubre- fue la mercería Marga, uno de los más veteranos de la calle que, durante muchos años, llevó el nombre de La Moda de París. En este caso, fue por jubilación.

La Encina, Felma, Nine 9, Matelas, cuchillería Aquilino y Fontelo son algunos de los negocios que fueron cerrando en los últimos tiempos. Hace años se trasladó otro histórico: Funeraría García.

La jubilación de los propietarios y la falta de relevo generacional afectó a varios establecimientos de la calle, algunos de los cuales habían estado durante mucho tiempo pagando rentas antiguas que, tras muchos años, deberían actualizar con un coste significativamente más alto. Esto fue determinante a la hora de decidir el cierre definitivo en algunos casos, sobre todo en aquellos en los que el las ventas no daba para hacer frente al pago de una renta mucho más alta.

Para José Manuel, de la Paragüería Lucense, está claro que en San Pedro ya no se vende como antes, pese a que reconoce que sigue siendo una de las calles más transitadas de Lugo.

"Non se vende como hai anos. Este segue a ser un lugar de paso importante hacia o centro. Por aquí pasa moita xente, pero a xente non gasta e como non gasta non todos os negocios poden pagar os alugueres que piden por aí. Podes ter un mes ao ano moi bo pero que importa iso para o resto dos once meses que quedan?", se pregunta este empresario.

José Manuel lleva la friolera de 60 años vendiendo paraguas en la calle San Pedro en un negocio que lleva abierto ininterrumpidamente hace casi un siglo. A estas alturas, este hombre podría estar ya jubilado pero no quiso. Fundamentalmente, porque está esperando a deshacerse de toda la mercancía. "Aquí teño paraugas que costan 1.000 euros, con empuñadura de carey. Eu podería pechar o negocio e xubilarme pero que lle fago a esta mercancía?", se pregunta.