Rinlo aumenta su leyenda agotando los 1.100 kilos de percebe que se vendían

La ración estaba a un precio de 13 euros

Las raciones de percebe se agostaron a pesar de ser abundantes. IRIA L.V.
photo_camera Las raciones de percebe se agostaron a pesar de ser abundantes. IRIA L.V.

Rinlo vivió este sábado su día grande. Cientos de personas tomaron a golpe de marisco, vino y música el pueblo, el puerto, los locales de hostelería y hasta los acantilados colindantes en la décimo quinta edición de la Festa do Percebe. El poder de convocatoria del escurridizo molusco atrae cada año a un mayor número de visitantes deseosos por catar la leyenda local. Muchos de ellos están recién llegados de los cuatro puntos cardinales del país y no ponen en duda su regreso.

Fernando Arrizado retorna a la parroquia ribadense por quinta ocasión consecutiva junto a dos compañeros de fatigas. "É a mellor festa de toda a provincia. O ano pasado houbo algúns problemas para pedir as racións de percebes, pero esta vez todo estivo moi ben", reconoce hambriento mientras espera su turno para recoger el manjar.

Muy cerca, la ovetense Paula Otero conversa con su grupo de amigos. La joven, de 21 años, es una habitual en la fiesta. "Venimos todos los años. Veraneamos en Rinlo desde hace mucho tiempo y no nos lo perdemos nunca", admite. Esta pandilla hizo los deberes a tiempo y aprovisionaron la despensa con viandas para aguantar en pie más allá de la medianoche. "Cambiamos con una vecina productos de la huerta por percebes. Un trueque como los de antaño. Y luego también haremos churrasco", matiza mientras apura una copa de vino blanco junto a otro compañero llegado desde la provincia de Lleida.

"Es una fiesta que nos encanta a todos, los percebes están igual de buenos todos los años"

La fiesta ya ha vivido sus primeras horas y el abarrote llegará a su apogeo al entrar la tarde. Así, algunos aprovechan la sobremesa para bajar la comida al ritmo pegadizo que marca el DJ bajo la carpa instalada por el restaurante A Cofradía.

El focense Tono Neira admite que es su "primeira vez na Festa do Percebe, pero repetiremos outros anos porque estamos encantados coa comida, co ambiente e coa xente", matiza mientras desentumece las articulaciones junto a su esposa y una pareja de amigos.

Festa do Percebe_2. IRIA L.V.

ÁFRICA. La fama del percerbe de Rinlo llegó hasta el continente africano. Cristina Requena y Nacho Vega repiten su visita a la parroquia ribadense desde Ceuta como si de un rito se tratase. "Veraneamos en Ribadeo hace años y siempre nos dejamos caer por Rinlo", admite ella. Vega, por su parte, está feliz, porque "este año sí que he podido comer percebes tranquilamente. El año pasado a las cuatro de la tarde ya no quedaban", relata mientras buscan el mejor ángulo para una fotografía desde el puente que une el núcleo urbano con el puerto, que ha visto como sus escarpados salientes daban cobijo a nutridos grupos de personas que buscaban un lugar tranquilo para degustar los frutos ofrecidos por el mar.

El lucense Jacobo Abeledo se ha vuelto un incondicional de esta cita gastronómica. Su familia también le acompañaba. "Ya estuvimos en Corme hace dos semanas. Vamos a todas las fiestas que podemos, pero esta es especial", comenta, justo en el instante en el que irrumpe el llanto de su hijo hasta que encuentra el acomodo en el abrazo de la madre.

Abeledo dio su aprobado al punto de cocción del percebe, aunque reconoce que "me hubiesen gustado un poco menos cocidos, algunos se deshacían en las manos. Pero estaban igual de buenos", manifiesta sonriente.

La carpa que cobijaba a numerosos comensales al fondo del puerto se convirtió en el patio de recreo de José Ángel Pérez.

Este berziano, que posee una casa en el concello de Barreiros, no concibe un verano sin acercarse el 4 de agosto a Rinlo. "En las quince ediciones que lleva la fiesta, solo me la he perdido en tres ocasiones. Es una fiesta estupenda", grita, por el tono de los altavoces situados junto a su mesa.

Festa do Percebe. IRIA L.V.

Para Pérez Vega tampoco rehuye de la oferta económica propuesta por la organización. "Es una ocasión estupenda para comer percebes con los amigos y a un precio estupendo, que son 13 euros por ración, y en el mercado suben de 100 euros el kilo", proclama.

En la mesa de enfrente, Juan Gabriel apura los últimos ejemplares de molusco junto a su familia. Son hijos de emigrantes, pero cada verano, desde hace tres décadas, regresan al punto de partida desde Hospitalet de Llobregat. "Es una fiesta que nos encanta a todos, los percebes están igual de buenos todos los años", afirma.

La organización de la cita agotó los más de 1.100 kilogramos de percebes que puso a la venta en raciones de 200 gramos. Tampoco faltaron las empanadas o el pulpo regado con godello y albariño, que endulzaron las colas formadas para recoger las viandas delante de los locales de hostelería.

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