La respuesta del americano completa la historia de la botella de San Román

Keith Barkwood intercambió ya varios correos con la familia. El antiguo marino se mostró encantado de que le escribiesen
Keith Barkwood (izquierda), durante una singladura en el Virginia. AMA
photo_camera Keith Barkwood (izquierda), durante una singladura en el Virginia. AMA

La familia que encontró el pasado martes una botella de cristal con un mensaje en su interior en la playa vicedense de San Román, ha conseguido completar el círculo de una historia que comenzó hace casi un década, el 14 de diciembre del 2009, en una goleta que surcaba el océano Atlántico frente a la costa este estadounidense. A bordo de la misma, de nombre Virginia, viajaba Keith Barkwood, la persona que lanzó el frasco que finalmente encontró en el arenal mariñano el grupo de seis niños madrileños que veranean cada año en O Vicedo.

Laura Sánchez, una de las madres de los primos que protagonizan la parte europea de la historia, explica que en la noche del miércoles recibieron un correo electrónico de respuesta de Barkwood, luego de que encontraran otra posible dirección del americano. "Al parecer, el mail que venía en los folios hace tiempo que no lo consulta, pero buscamos en internet y le escribimos a otro correo que vimos en un perfil que entendimos que podía ser suyo. A partir de ahí todo fue muy rápido, porque nos contestó al poco tiempo, hemos intercambiado algún correo más y la verdad es que estamos todos muy emocionados", relata Laura, cuya familia emprendió ayer regreso a Madrid tras pasar sus vacaciones en San Román.

En alguna de las misivas, el americano les explica algunas cuestiones relacionadas con su vida y también que lanzó más de una botella al agua. "Tenía 32 años cuando lancé la botella a bordo del Virginia. Tiré varias en la travesía y solo otras dos fueron localizadas. Una se fue directa a una playa de Carolina del Sur —en la costa de Estados Unidos— y fue encontrada solo un mes después. La otra pasó algunos años más lavándose en el océano y apareció en otra playa de las Bahamas", apunta Keith Barkwood.

Lanzó varios frascos más al océano, pero solo aparecieron otros dos, en arenales de Carolina del  Sur y las Bahamas

El antiguo marinero agradeció que le hubiesen escrito y se mostró encantado con el destino de su botella, tanto en los correos como en su propio Facebook, en el que compartió fotos de los niños, del vidrio y de la tripulación que lo acompañó en el Virgina: "Me imaginaba que sucedería así, con una familia de niños que la encuentran y disfrutan de una experiencia emocionante abriéndola".

La familia también le agradeció que diese comienzo a esta historia en 2009: "En estos época de nuevas tecnologías y vida estresante, es importante pararse, escribir un mensaje y tirar la botella... ¡Para ellos ha sido muy inspirador y también para los adultos!".

Perfil: un exmarine que viajó  con Bill Clinton y ahora ejerce de policía en Alaska
El protagonista que dio comienzo a esta historia hace casi una década no dudó en reconocer que el hallazgo y los correos de la familia madrileña han "conseguido que vuelvan a mi memoria grandes recuerdos de uno de los mejores capítulos de mi vida", ya que, expone, "pasaré el día recordando los hermosos atardeceres, las noches estrelladas y los grandes compañeros que tuve en el barco".

Asimismo, les contó su vida actual y algunos pasajes de su pasado. "Como os podréis imaginar (viendo su ficha), ahora soy oficial de policía en la ciudad de Palmer, en Alaska. Dejé de navegar hace unos años, tras el nacimiento de mi hija Birdie. Ahora ya no me gusta estar lejos de casa", dice. Anteriormente, Keith Barkwood había estado navegando durante diez años, "principalmente en remolcadores en Alaska", pero justo realizó "un pequeño descanso en 2008 y 2009 para navegar en veleros", señala.

Fue el momento en el que lanzó la botella al mar, en una travesía entre la isla de Saint Thomas, en el Caribe, y Virginia, en la costa norteamericana. Previamente, Barkwood había estado enrolado desde muy joven en los Marines del ejército americano e incluso formó parte durante cuatro años de la unidad encargada de transportar al presidente estadounidense en helicóptero, coincidiendo con Bill Clinton.

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