Reixa se siente víctima de un ''mecanismo diabólico''

Antón Reixa, tras ser destituido ayer como presidente de la SGAE, se considera víctima de un "mecanismo diabólico" que "vampiriza" esta sociedad y sufridor de una lucha de poder cainita en la que "se utiliza cualquier cosa".

El vigués admite sentir alivio por poder retomar su trabajo de autor y empresario cultural y considera que la lucha por el poder en este órgano "va más allá de lo legítimo" por lo que espera que quien lo suceda "consiga una mayor integración".

Bajo su criterio, en su caso no supo gestionar un consenso "imposible", tampoco la transparencia que ha de tener esta entidad ni la firmeza con la que tal condición debe aplicarse, y menos aún acortar la distancia entre la directiva y las bases, porque en el caso de la primera "en pocas cosas más hay acuerdo que en destituirme a mí".

La "endogamia" de la directiva no responde, a su juicio, a la "homogeneidad" de la base, "pero no supe acortar esa distancia y la sensatez de la base no alcanzó a la junta".

Admite Reixa que el compromiso por el derecho de autor seguirá formando parte de su vida para siempre, y que este "ha sido un año malo" en su trabajo como creador puesto "que solo he compuesto una canción, y tengo ganas de retomar esa parte de mi vida y de volver a Galicia".

No quiere "pecar de soberbia" y asegura no irse quemado, porque "mi paso por la SGAE fue lo mejor de mi vida profesional fuera de los escenarios o de ser yo mismo autor".

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