Perfil

Ramón Piñeiro: "Creo que la Iglesia debe adaptarse a los tiempos actuales"

Párroco de un total de 17 parroquias de Sober y Monforte. Comenzó sus estudios en los Padres Escolapios y posteriormente continuó en el Seminario de Lugo. En su vida deja atrás otras ciudades como Burgos, Madrid, Inglaterra o Zambia. En todas ellas ha estudiado y trabajado. Estará siempre agradecido a cómo lo acogieron y todo lo que aprendió de cada una de las personas que encontró en el camino.
Ramón Piñeiro, párroco de un total de 17 parroquias de Sober y Monforte
photo_camera Ramón Piñeiro, párroco de un total de 17 parroquias de Sober y Monforte

RAMÓN PIÑEIRO lleva 50 años ejerciendo de sacerdote y desde hace 25 trabaja en la comarca que lo vio nacer. Hoy tiene seis parroquias pertenecientes a Monforte y once a Sober. Un total de 17 iglesias donde los fines de semana le esperan fielmente todos sus feligreses.

¿Cómo hace un vecino de Bolmente para acabar en Zambia?
La verdad es que fue todo a través del sacerdocio. Después de llegar de Inglaterra, me fui a África para realizar labores religiosas y humanitarias. Allí pasé 20 años trabajando en una barriada de unas 60.000 personas de las cuales unas 10.000 eran católicas. Además, aproveché mi estancia en el continente africano para estudiar su lengua y su cultura.

¿Y cómo se sintió a su llegada?
Me sentí bien recibido desde el primer día aún teniendo en cuenta que era el único caucásico en una comunidad de color. En aquellos años, yo era el diferente pero los nativos eran gente bondadosa y hospitalaria. La gente rápido se dio cuenta de que mi finalidad allí era ayudarles.

¿Qué fue lo que le impulsó a regresar a España?
Por aquel entonces, en el año 1992, mis circunstancias familiares me obligaron a viajar hasta Bolmente, de donde soy nativo. Una vez en Galicia, hablé con la Diócesis de Lugo para comunicarle mi decisión de no regresar a Zambia. Aceptaron mi propuesta y desde ese día hasta hoy soy el párroco de la zona.

Desde ese día usted ha ejercido en Bolmente
Sí. Mi tierra natal fue la primera que me asignaron pero la falta de curas que den el relevo generacional provocaron que cada vez asumiese más pueblos, hasta los 17 que tengo a día de hoy.

¿Cómo se organizan 17 parroquias?
Por la semana me suelo dedicar a visitar a los vecinos, ayudarles y realizar tanto aniversarios como entierros porque en las aldeas cada vez hay menos población y no abundan los niños para catequesis. Luego, el fin de semana lo tengo todo muy programado. El sábado lo reservo para oficiar misa en Bolmente. Y los domingos, uno voy a Santa Mariña do Monte y otro a Pinol. Los restantes domingos de mes, los reparto entre las diferentes parroquias que tengo asignadas. Si es cierto que los sábados sólo oficio una misa porque es cuando la gente suele celebrar los aniversarios, bodas, bautizos y comuniones. Al igual que los domingos, que termino a las 12.30 horas la misa para atender los diversos actos de celebración de mis feligreses, sobre todo ahora en verano, que es cuando más abundan. Hasta hace dos años, iba dos días a la semana a Lugo para dar clase de Historia de la Filosofía y Antropología Filosófica en el Seminario y lo dejé porque ya tengo 74 años y hay cosas para las que me veo mayor.

¿Cómo ve su futuro cercano?
Lo veo con más trabajo. Como ya he comentado antes, cada vez hay menos población lo que implica que existen menos personas que den el relevo generacional a los curas como yo, que ya tenemos una edad. Así, no tardaré en tener entre ocho y diez parroquias más a mi cargo. Ahí si que voy tener que modificar mi organización para cumplir con todos mis feligreses.

¿Se siente usted cómodo en la zona?
Mucho. Hace 25 años que realizo mi labor en Sober y Monforte, Aquí, muchos de los feligreses me conocen desde hace muchos años. El hecho de que en 1992 me convirtiera en su párroco fue un motivo de alegría para todos.

¿Qué opinión tiene acerca del papel de la Iglesia a día de hoy?
Considero que la Iglesia debe de adaptarse a los tiempos que vivimos. Con esto no quiero decir que la Iglesia tenga que hacer todo lo que los demandantes quieran. Opino que se debe de llegar a un consenso en todos los temas. Además, la Iglesia también se debe adaptar a la forma de vida actual y a las nuevas tecnologías sin perder su fundamento que es el Evangelio. Siempre hay que tener actitud de interés. Yo leo mucho ya que considero que es fundamental para ser moderno.

¿Tiene alguna anécdota interesante de todos los años como sacerdote?
Una de muchas es que cuando estaba en Zambia vinieron unos familiares de visita. Estábamos dando un paseo cuando me comentaron que allí la gente parece que está de fiesta todos los días por su alegría y expresividad. Y es cierto. Es gente que no tiene abundancia material pero con lo poco que tiene, es feliz. Son gente humilde cuya felicidad no radica en lo material, sino en disfrutar día a día de lo poco que tienen.

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