Radares

Otra cosa no tendremos, que no tenemos, pero de radares estamos bien servidos. Al fin Lugo destaca por algo, siendo la provincia con mayor densidad de estos aparetejos, lo cual no se traduce en seguridad vial, pero sí en recaudación para las imprecisas arcas del erario. En la A-6, desde Guitiriz a Pedrafita, tramo con una conflictividad muy baja en cuanto a accidentes, hay instalados nada menos que cinco. No faltó presupuesto a la hora de hacerlos operativos. Ni hubo demora, la que hay por ejemplo en solucionar los cortes, día sí día no, de la A-8 entre Abadín y Mondoñedo. Se lo están pensando, quizá esperando a que la chapuza la resuelva el cambio climático, cuando desaparezca la niebla que lleva desde principios de los tiempos inmovilizada en O Padornelo. Una cosa es establecer todos los controles de velocidad y seguridad que sean necesarios, y otra bien diferente son los excesos, que solo se explican mediante la sospecha de que lo que se busca es hacer caja, no para invertir en solucionar nuestros problemas, sino para resolver los de otros. Burros y apaleados.

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