Opinión

Radares placebo

EN UN país en lo casi nada de lo que debiera de funcionar funciona, o lo hace a medias, sorprende sin embargo que un tercio de la red de radares que la DGT tiene instalados en la red viaria no esté operativa, entre otras cosas porque se trata de una de las principales fuentes de recaudación, más allá de la seguridad vial. Lo corroboró el director general, Pere Navarro, afirmando que muchas de las cajas carecen de cinemómetro, dispositivo necesario para su funcionamiento. Casi mejor que permaneciese callado para no alentar a los transgresores, pero también admitió que el efecto placebo surte efecto, pues nadie sabe dónde se ocultan los que registran los excesos de velocidad, y en cualquier caso se emplea el sistema rotativo, es decir, que se alterna su ubicación y el usuario ignora el procedimiento. No es, pues, Lugo excepción al estar fuera de servicio los cuatro radares que lo venían estando (Ronda da Muralla, Avenida de Madrid y Duquesa de Lugo) al no renovarse la homologación del Ministerio de Industria. Lo que es buena noticia para unos, no lo es para la generalidad, pues es una evidencia más del abandono que caracteriza a Lugo por la disfunción de los servicios públicos.

Comentarios