"Quiero reforzar la autoestima de los más pequeños"

Los bosques de Paradela son la fuente de inspiración de Estefanía Padullés. De esos lugares mágicos salen los monstruos de su nuevo libro, que llega con un mensaje: el del respeto a la diversidad.
Estefanía Padullés, con la versión en gallego de su obra. OLAF GASSEMANN
photo_camera Estefanía Padullés, con la versión en gallego de su obra. OLAF GASSEMANN

ESTEFANÍA Padullés es una referencia en literatura infantil. Después de El deseo del gato Klops, La canción del sol, Max y Lea, ¿A manchas o a rayas? este verano publicó, de la mano de Hércules Ediciones, Leopoldo, el pequeño monstruo, un exquisito álbum con una historia de diversidad e integración.

Está de estreno.

Si!. Presentamos Leopoldo el pequeño monstruo en agosto, en la Feria del Libro de A Coruña y fue, cuando menos, una promoción extraña. Es el quinto trabajo con Hércules Ediciones y el primero en catalán, así que, pese a todo, estoy satisfecha con la respuesta.

Para alguien nacida en el Pirineo catalán ¿ya tocaba una historia en su idioma?

Lo tenía pendiente. Soy catalana y tengo una parte de mis lectores allí. Leían mis libros en castellano, pero me quedaba esa espinita de hacer algo en catalán. Este salió en castellano, catalán y gallego.

Hablaba de una promoción «extraña». El covid también se la jugó.

Pudimos estar en A Coruña y Foz con aforos reducidos y muchísimas medidas de seguridad. Pero creo que en todo esto estamos pagando un poco justos por pecadores. Las librerías, las bibliotecas y los actos culturales están limitados al máximo, se están resintiendo mucho cuando los contagios y los desmanes están en otros sectores. Está claro que a todos nos afecta esto, pero la cultura está muy ahogada.

¿Hecha de menos una gira de presentación del libro?

En otros tiempos habría cuentacuentos en los colegios y muchas actividades. Pero habrá que ver cómo vienen las cosas y lo que se puede hacer de manera presencial o virtual. De primeras, este fin de semana estamos (si todo sigue en pie) en la Semana do Libro de Santiago (Selic). Allí, el domingo tenemos un cuentacuentos ilustrado a las 12.00 horas en la Fundación Torrente Ballester para niños de 5 a 9 años. La semana próxima visitaré el colegio de Paradela, es algo que hago siempre que tengo libro nuevo y que me permite conectar todavía más con los niños del municipio.

¿Cómo está siendo la acogida en tiempos de pandemia?

La respuesta es buena. El libro gusta mucho y tiene un formato más grande que los anteriores. Una de las ventajas de trabajar con Hércules Ediciones es que cuidan mucho la calidad y las ilustraciones, el formato álbum es maravilloso y encaja mucho en mi forma de trabajar, en la que la ilustración tiene un peso tan importante como la escritura.

La creatividad y la energía que me aporta Paradela compensa los problemas para conectarse a internet

¿Es más escritora o ilustradora?

La ilustración es muy importante para mi. En mi caso, la mayoría de las ocasiones el libro empieza por ahí, por un dibujo, unos colores o una figura. A partir de ese trazo surge un personaje, que a veces ni es el principal, y después vienen los otros personajes y la historia.

Pero su formación es de bióloga. ¿Están conectadas las dos profesiones?

Hay un vínculo. Siempre fui apasionada de la lectura, la escritura y el dibujo. Como bióloga trabajé en reservas y con animales en peligro de extinción y siempre había que abordar eso con los niños, así que ahí empecé a hacer ilustraciones. Creo que el concepto de la sensibilidad está en ambas profesiones. Sensibilidad a la naturaleza y también sensibilidad artística. Están muy relacionadas.

Leopoldo, el pequeño monstruo es un libro con mensaje.

Tiene trasfondo. En este caso abordo la diversidad, la belleza de la diferencia y denuncio el acoso. Es la historia de unos monstruos que discriminan a otro por su aspecto y por su tamaño. El hecho de que unos monstruos se burlen de otro por su aspecto es ridículo y quiero transmitir que el acoso tiene también un punto de estupidez. Mi objetivo con los lectores más pequeños es fomentar su autoestima, que no se sientan inferiores por ser pequeños. Busco que se sientan más reforzados y que se valoren más. Ese es mi granito de arena.

¿A qué edades está dirigido?

Es un poco transversal. Es un libro para que los padres se lo lean a sus hijos, para que los niños que ya son autónomos en la lectura disfruten con la aventura y para que los más mayores tengan también una historieta para disfrutar de un tirón. Sencilla y divertida.

¿Ya tiene un nuevo proyecto entre manos?

Estoy con algo para niños más mayores, en los que desarrollar más la historia. Tenía ganas de cambiar un poco, de indagar, de contar con más recorrido para desenvolver los personajes y los diálogos.

Hay lectores que buscan en las librerías sus obras anteriores y no las encuentran.

Casi todos los libros anteriores están agotados, aunque hay planes para reeditar alguno. Pero no puedo dar fechas porque tal y como está la situación los plazos ahora son más complicados.

¿Cuál es su fuente de inspiración?

La inspiración es Paradela. La mayoría de la gente elige el lugar de residencia en función del lugar en el que tiene su puesto de trabajo, pero nosotros nos lo planteamos al revés. Buscamos el sitio en el que queríamos vivir y a partir de ahí desarrollamos nuestro proyecto de vida. Eso fue hace seis años y estamos encantados, con el lugar y con la gente. Está claro que tiene su contrapartida y que no podemos ir tanto como nos gustaría al cine o al teatro, porque nos queda lejos, o que las comunicaciones e internet se complican muchas veces. Pero la creatividad y la energía con la que vivimos compensa todo eso. Para mi la creatividad es más importante en el día a día que la conectividad. 
 

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