Opinión

Pulpomanía

HABRÁ QUINE no lo entienda, pero las cosas son como son y vienen así dadas. Un San Froilán sin pulpo (manía) dejaría de ser San Froilán. La ausencia de casetas, al negarse los adjudicatarios a respetar el precio (8 euros) de las raciones, supondría el puntillazo al ferial. Cierto que existen compromisos bilaterales con el Concello, y ya pudieron percatarse de lo que podría suceder cuando los asumieron, pero verdad es también que el precio del cefalópodo se disparó más de lo esperado y carece de sentido reglar por decreto ninguna tarifa; es fácil concluir que la establecida generaría pérdidas, salvo que se nivelase colateralmente con vino, cachelos, pan, postre... El mercado manda, es la ley de la oferta y la demanda. Pensarán algunos, y puede ocurrir, que la libertad del coste acabará desembocando en abuso, pero como seguramente regirá la unidad de criterios entre los hosteleros, se presupone que marcarán un precio por ración y de menú razonable, no ceñido a ningún precepto administrativo. Y como el consumidor es, en definitiva, quien tiene la opción de decidir, verá si le interesa o no acudir a las casetas. Es muy dueño de no hacerlo o no si se le saquea.

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