Puede que sea cosa mía, pero advierto un tono que no me gusta nada cuando Pablo Casado se refiere al presidente del Gobierno como "Sánchez". Insisto, puede que sea cosa mía, pero me recuerda a cuando el entonces lendakari Ibarretxe se pasó un debate electoral hablando cada dos por tres del "señor López", en referencia a Patxi, candidato socialista. Puede que sea cosa mía, pero aquello me pareció una manera de decirle al electorado lo poco vasco que era su rival. Casado no pone delante ni "el señor". El líder del PP opta por "Sánchez", a secas, y a mí me parece un intento de restar clase, aristocracia, categoría a su rival. Pero claro, esto se lo cuenta un tipo que se llama Marcos Rodríguez; por eso digo que tal vez sea cosa mía. Hay mundos en los que el apellido predispone a quien está del otro lado. Creo que el de la política es uno y el de las columnas de opinión, otro. ¿No está de acuerdo? Probablemente lo estuviese si este artículo no llevase una firma tan común. ¡Así cómo voy a convencer a alguien! Para evitar esto podría hacer como José Luis Rodríguez, el presidente del Gobierno conocido por su segundo apellido: Zapatero, pero es que en mi caso es igual que el primero. No tengo solución, salvo que me ponga un nombre artístico. Sería hacer trampa, pero eso ya es cosa mía.
