Opinión

Sin propósito de enmienda

Balance de un año de coalición entregado al separatismo catalán y vasco. Los pecados de PSOE y Podemos
Pedro Sánchez. EFE
photo_camera Pedro Sánchez. EFE

Tras cumplirse un año de las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019, la sociedad española no solo espera la vacuna contra el coronavirus que nos ponga a salvo del covid y su gestión, sino que hace balance de un año de regresión democrática. El Gobierno de coalición se ha visto desbordado por la pandemia, lo cual teniendo en cuenta la dimensión de la tragedia provocada por un virus mortal desconocido, no excusa pero enmascara una actuación enganchada a la mentira, la torpeza administrativa, la propaganda política y la falta de eficacia. Culminada aquella dudosa moción de censura como pértiga de asalto a Moncloa antes de acudir a las urnas, el sanchismo facilita a día de hoy el acoso y derribo de Bildu, ERC y Podemos al régimen democrático del 78.

Las primera coalición de la democracia española viró desde el principio por iniciativa del PSOE hacia una mayoría radical de extrema izquierda (Podemos, Bildu, ERC) mientras desde Moncloa se disimulaba y autojustificaba poniendo en marcha el ventilador de la extrema derecha con el que estigmatizar y etiquetar a la llamada triderecha de Colón (PP, Vox y Cs). Como consecuencia del márketing diseñado por el redondismo, la democracia se resiente en la simplificación de la fragmentación, y desde el poder se pervierten las reglas y la limpieza del juego con la consagración del pensamiento único extremo como única vía democrática hacia una república inconstitucional. Incluso más allá de la lucha contra el coronavirus, se observó desde el inicio la desesperada incoherencia del PSOE por el poder a toda costa, pues su candidato llegó a decir en campaña que no haría nada de lo que después hizo. Es decir, mintió al electorado al comprometer que no pactaría con Podemos y otros porque eso le quitaba el sueño a él y los españoles. Y legitima como Sin propósito de enmienda partidos de Estado a los herederos políticos de ETA y al separatismo catalán condenado por sedición y malversación a base de concesiones inconfesables a cambio de votos de poca ortodoxia democrática y lealtad constitucional. Ejemplo de ello es rebajar las penas por sedición para excarcelar a los golpistas, traicionar al castellano como lengua vehicular, acercar a los presos de ETA previo pacto con Bildu de las cuentas estatales y de la derogación de la reforma laboral que ha permitido salvar decenas de miles de empleos en la pandemia y blanquear una gobernanza de extrema izquierda en clara fijación contra las autonomías gobernadas por la derecha.

Ya no es gobernar a golpe de decreto en un estado de alarma estirado en el tiempo por razones mayormente políticas que sanitarias. Es que ese paraguas sin el debido control parlamentario se ha utilizado como hoja de ruta republicana impulsando desde el Gobierno ataques reiterados a la Monarquía parlamentaria en una vehemente estrategia de cacerolada de Estado para desgastar a la Corona por razones ideológicas que ningunean la Carta Magna. El acoso a Felipe VI usando las ligerezas del comportamiento poco ejemplar del Rey emérito ha destapado un plan político que causa náuseas en el socialismo tradicional, artífice junto a la derecha liberal y el comunismo responsable de la ejemplar Transición hacia la democracia. Además de eso, que resulta imperdonable en términos de ética institucional, hay que sumar una sucesión de infracciones morales que ponen en peligro la transparencia y el control legítimo del Gobierno. Para empezar Sánchez nombró una Fiscala General del Estado amiga de Villarejo que había sido ministra y diputada del PSOE. Después intentó un asalto al Poder Judicial para controlar a los jueces en un inimaginable ataque antidemocrático a la separación de poderes sancionado por la UE. Y antes y ahora se monitoriza la crítica y se persigue la disidencia mediática desde un nada honorable ministerio fantasma de la verdad con el que se quiere establecer desde el entorno de Presidencia del Gobierno lo que es desinformación, mentira y verdad. Es decir, que estamos ante una agresión a la libertad de prensa, expresión y pensamiento que hace saltar todas las alarmas del sistema democrático español por su inspiración totalitaria.

Llegados a este punto de legislatura turbia, no solo comprobamos que Sánchez curó su insomnio, sino que duerme plácidamente el sueño del hombre que quiere reinar haciendo del doble rasero el santo y seña de su liderazgo bicéfalo junto a Iglesias. La estrategia que justificó una engañosa moción de censura no vale si afecta a PSOE con la mayor sentencia por corrupción de la democracia como la de los Ere o la imputación de Podemos por financiación irregular.

El sospechoso Delcygate es diplomacia de cohabitación con el chavismo que se tapa desde la cobertura de la Fiscalía mientras se actúa contra Juan Carlos I y la oposición. Los Presupuestos virtuales más caros de la democracia llegan dos años y medio después de conquistar la Moncloa mientras el paro se dispara, las empresas cierran, las colas de los comedores sociales dan la vuelta a la manzana y los muertos reales por coronavirus, más de 60.000, no se reconocen oficialmente. Y todo, sin propósito de enmienda.

Las cuentas claras 

El proyecto de presupuestos que ha superado las enmiendas a la totalidad se ha servido de los votos de Bildu y ERC, partidos anti-Estado a los que Podemos consagra desde el Gobierno como socios preferentes de Estado con complicidad del PSOE sanchista. La humillación a la democracia puede ser legal, pero es amoral para una sociedad que no perdona la sangre derramada por Eta ni la intentona golpista condenada por el Supremo que ahora se blanquea. Las cuentas del Estado deberían ser más claras porque son un monumento de artificio contable que Bruselas y la oposición española denuncian. Hasta en la rebaja del Iva de las mascarillas y los PCR en los aeropuertos miente este Gobierno de la descoordinación, que trata de justificar un retraso de meses por puro afán de recaudación y el empeño de no ceder a las peticiones de PP, Vox y Cs. Los Presupuestos son una ficción que juega al escondite con el desempleo, los Ertes, un PIB desbocado y unos fondos europeos de reconstrucción que no saldrán gratis. Comprar votos con el acercamiento de presos etarras y la humillación vehicular del castellano resulta indecente. 

La vacuna

La vacuna de Pfizer y Bointech ha sido recibida con enorme euforia por la bolsa y algunos gobiernos del mundo como el español. Según los fabricantes, presenta un 90% de efectividad. Sin embargo, muchos científicos piden prudencia por las variantes de cepas distintas de coronavirus, la dificultad de conservación a temperaturas de 80 bajo cero y el grado de eficacia verdadero por grupos de distinta respuesta como jóvenes, adultos y ancianos. La competencia entre laboratorios que se va a desatar con otras vacunas aún por anunciar es el otro aspecto mercantilista que condiciona la vacunación, que debe ser gratuita e igualitaria. Ahora mismo, entre las vacunas más efectivas está la del sarampión, también con un 80/90% de fiabilidad. Por contra, la vacuna de gripe, enfermedad con la que convivimos desde principios del siglo pasado, solo alcanza el 50/60%. Por tanto, científicos y médicos consultados no piden que los españoles renuncien a la esperanza, pero sí recomiendan prudencia.

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