Opinión

Premio a la vagancia

TRATE O NO de evitarlo, cada día florece un esperpento servido para animar el desayuno. Esta vez procede del Concello de Ponteareas, gobernado por nacionalistas del BNG, al habilitar una partida presupuestaria para nutrir un plus de productividad a sus funcionarios y trabajadores de la plantilla que no falten al trabajo o que realicen al menos el noventa por ciento de la jornada laboral. Se entiende que quienes no alcancen ese tope no cobran, pero no se les sanciona. Es decir, un premio a la vagancia emanado de las arcas públicas, con el pretexto de frenar el absentismo laboral. Y se quedan tan panchos, como si el cumplir con la exigencia laboral no estuviese ya incluida en el sueldo, y para más inri se incentiva a los que reduzcan su ritmo de trabajo a un noventa por ciento. Recuerda un poco las primas a futbolistas por ganar, como si ese no fuese su deber, pero con el recochineo de que en este caso se defrauda dinero del contribuyente en reparar la haraganería. La bicoca se aprobó con la connivencia de los sindicatos (¿para esto sirven?) y con los votos del PSdeG e IU, cómplices de la malversación.

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