La Policía Local disuelve el fin de semana otras cuatro fiestas en pisos particulares

Las intervenciones, en la Rúa Outono, Marina Española, Rúa dos Gardas y Camiño de Pipín, se saldaron sin incidentes
Un coche de la Policía Local. ARCHIVO
photo_camera Un coche de la Policía Local. ARCHIVO

La Policía Local disolvió a lo largo del fin de semana otras cuatro fiestas organizadas en pisos particulares de la capital, una práctica cada vez más habitual que está generando multitud de quejas vecinales por los ruidos que ocasionan.

Una de las intervenciones de los agentes tuvo lugar en la noche del viernes al sábado, alrededor de las dos de la madrugada, cuando varios ciudadanos llamaron a la Sala del 092 para denunciar que el jaleo procedente de una vivienda de la Rúa Outono les impedía conciliar el sueño. Una patrulla del Grupo Operativo Nocturno acudió al lugar y comprobó que la música que tenían puesta en un piso estaba a un volumen tan elevado que se escuchaba en toda la calle e incluso en algunas próximas, como en la Rúa Primavera.

Los agentes identificaron al responsable del piso y el hombre aseguró que estaba solo, aunque, según explicó este lunes el portavoz policial, "no fue capaz de indicar a los agentes cual era el motivo por el que tenía el aparato de música en un volumen excesivamente alto". Finalmente, los policías levantaron un acta de denuncia por infracción a la Ordenanza de Protección Ambiental.

Las fiestas en pisos están generando multitud de quejas vecinales

En la noche del sábado al domingo, los agentes acudieron a otros tres domicilios de la ciudad por el mismo motivo. La primera intervención se produjo poco antes de las doce y media de la madrugada en Marina Española, donde los vecinos se quejaban de los ruidos procedentes de un piso.

Los agentes identificaron al responsable de la vivienda y el joven reconoció que estaba celebrando una fiesta con unos amigos, pero se comprometió a poner fin a la reunión de forma inmediata. De hecho, el chico apagó la música y un grupo de ocho personas abandonaron el piso antes de que se marcharan los agentes.

Otra de las fiestas, que se estaba celebrando en la Rúa dos Gardas, también acabó con la paciencia de los vecinos y movilizó a la Policía a la una y media de la madrugada. El dueño del piso reconoció que estaba con un grupo de amigos y también zanjó la reunión al momento sin mostrar ningún tipo de oposición.

Finalmente, los agentes acudieron a las 2.50 horas a otro domicilio de Camiño de Pipín, donde los inquilinos tenían las ventanas abiertas y desde la calle se escuchaba "música en tono alto y voces de personas". Como en los casos anteriores, los responsables cesaron en las molestias cuando llegó la Policía Local, pero en todos los casos se levantaron actas de infracción.

El cierre del ocio nocturno avivó el problema 
Las quejas vecinales por las fiestas en pisos particulares, que ocasionan molestias, no es una problemática nueva en la capital lucense, pero se ha incrementado de forma considerable en las últimas semanas tras el cierre obligado de todo el ocio nocturno. 

Miedo a los contagios 
Los vecinos afectados se quejan por los ruidos, pero también porque son reuniones en las que los asistentes suelen relajar las medidas de seguridad vinculadas al coronavirus.