Opinión

Plurales y creíbles

 

EL ENREDO, con toques cómicos, que con los nombramientos de los cargos de RTVE se trae el Gobierno y los grupos parlamentarios que le apoyan o se oponen muestra dos cuestiones, al menos:
1) Lo primero es lo primero: tomar los medios de comunicación pública. Nadie negará que se mostró como una prioridad fundamental sobre cualquier otra –los hechos así lo muestran– nada más acceder al poder. 2) Nadie negará la necesidad de unos medios públicos, fundamentalmente la televisión, descargados de partidismo, plurales y creíbles en su información. Pero nadie se puede creer ya que ese sea precisamente el objetivo de quienes mantienen el enredo de la elección de los miembros del consejo y del presidente. No hay que mezclar en el lodo a Rosa María Mateo y su prestigio profesional, que apareció ayer como candidata a administradora única en tanto se ponen de acuerdo los grupos. La presión de Podemos sobre el Gobierno en este asunto es otra manifestación más de un objetivo de control y adoctrinamiento. Una regeneración política de la vida pública, que se anunciaba y se demandaba como una urgencia, o una educación cívica que se anuncia como asignatura académica pasa necesariamente por unos medios de comunicación públicos no instrumentalizados partidariamente y no cargados de contenidos del mismo marchamo populachero que el más común de los canales comerciales o de adoctrinamientos que expresan el miedo a la libertad. Hay que preguntarse si nos quieren ciudadanos.

Viejos y en el rural

El acceso a determinados servicios sociales en pequeños concellos, con menos de 5.000 habitantes, es más problemático que en medios urbanos. Piénsese en los mayores que viven en pequeñas aldeas. El piloto de treinta casas del mayor que anuncia la Xunta puede ser humana y socialmente importante para quienes no cuentan con otro recurso de atención.

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