El tirón del turismo en Lugo va a más, lo que está animando a la iniciativa privada a poner en marcha nuevos alojamientos. En solo un año ha aumentado el número de plazas disponibles en 231 en la capital lucense, el 11,15% más, y en 3.619 en toda la provincia, el 17,08%.
Ese significativo crecimiento en la oferta se debe a la irrupción de las viviendas de uso turístico, que se han convertido en un fenómeno en las grandes ciudades y localidades costeras. Desde el verano del año pasado sus promotores han dado de alta en el registro de la Xunta 46 en el municipio de Lugo, con 209 plazas, —740 y 3.455 en la provincia, respectivamente—.
Este tipo de alojamientos, según recoge el decreto autonómico que los regula desde mayo de 2017, puede combinar el uso residencial con el turístico. Sus propietarios están obligados a alquilarlos como mínimo dos veces al año y por una estancia inferior a 30 días si es a la misma persona.
La capital lucense cuenta con 231 plazas más con respecto al verano del año pasado y en la provincia hay 3.619 más
El municipio de Lugo dispone actualmente de 93 alojamientos, de los que 46 son las mencionadas viviendas de uso turístico, 21 pensiones, 17 hoteles y los nueve restantes son albergues y casas de turismo rural, que en total disponen de 2.302 plazas.
Esa oferta se verá incrementada sustancialmente con la ya anunciada rehabilitación de al menos un par de edificios en el casco histórico de la capital lucense con el fin de destinarlos a viviendas turísticas y la reforma de la antigua residencia estudiantil del colegio María Auxiliadora, en la Avenida Ramón Ferreiro, para acoger un hotel de cuatro estrellas.
Ese aumento de plazas es directamente proporcional al crecimiento del número de visitantes. En lo que va de este año, la oficina de turismo y los museos municipales han visto como se ha incrementado en un 11% la afluencia de viajeros procedentes del extranjero, sobre todo de Estados Unidos y Francia, que ya supone un tercio del total.
Los tres bienes Patrimonio de la Humanidad con que cuenta Lugo, la muralla romana, la catedral y el Camino Primitivo, son el motor de ese crecimiento.
El total provincial es de 1.502 alojamientos, de los que 740 son viviendas de uso turístico, 249 pensiones, 121 hoteles y el resto albergues y casas de turismo rural, que cuentan con 24.798 plazas en total.
OFERTA Y DEMANDA. La duda que se plantea ante estas cifras halagüeñas es si las plazas de alojamiento de que dispone la capital lucense pueden ser suficientes para albergar el volumen de visitantes que recibe, que previsiblemente seguirá subiendo. En fechas señaladas, como la fiesta de recreación histórica de Arde Lucus, las patronales de San Froilán o los meses de julio y agosto, tal vez no, pero el resto del año la oferta suele cubrir con creces la demanda.
"Son fechas muy puntuales y una o dos noches. El resto del año es muy complicado porque somos una ciudad y una provincia de paso", señala el secretario de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Lugo (Apehl), Jacobo García-Bobadilla.
Este directivo recuerda que desde la patronal de la hostelería se anima a la iniciativa privada a invertir en el sector, pero precisa que los empresarios "tienen que mirar la rentabilidad los 365 días del año y no solo cuando hay fiestas o es verano".
Aunque las expectativas son "buenas" para este verano, Jacobo García-Bobadilla prevé que no se repetirán las altas cifras de ocupación que se registraron el año pasado, lo que precisa que dependerá también de que las buenas temperaturas acompañen hasta octubre, como en 2017, lo que facilitaría las escapadas de fin de semana.
