Esta playa no hay quien la conozca

Si una persona regresara a A Mariña después de 30 años tendría problemas para reconocer arenales como el de Arealonga de O Vicedo o la homónima, en Nois, por mutaciones en su fisonomía.
La playa de Arealonga, en Nois, ha cambiado mucho entra estas dos instantáneas, una tomada hace unos días y otra en 2002. AMA
photo_camera Playa de Arealonga, en Nois, hace unos días (sin arena), y la misma playa en el año 2002.

UNO DE LOS principales activos de A Mariña es su entorno y, particularmente, sus playas. Cuidarlas es una labor necesaria para proteger el ecosistema, pero en los últimos años muchos de los arenales han sufrido cambios estructurales significativos, bien sea por la crecida del propio mar, que siempre reclama su espacio o, sobre todo, por algunas obras que pueden afectar de diferente forma al entorno de la playa.

Dos de los casos más llamativos tienen, curiosamente, el mismo nombre, Arealonga, y se dan en O Vicedo y en Nois. Ambos son diferentes, pero los dos afectan negativamente a la playa, al tener menos arena que nunca. También existen otras situaciones opuestas, con la aparición de nuevas playas debido a los desplazamientos de arena producidos por las nuevas construcciones, como sucede, por ejemplo, en el puerto de Burela.

Uno de los casos más exagerados ocurrió en el litoral de O Vicedo, donde la playa de Arealonga era en los años 80 un foco de reunión de familias con un pinar, aparcamiento, el famoso "Chiringuito de Aurelia" y dunas, algo que 40 años después ha desaparecido totalmente.

Un estudio realizado en el año 2006 para regenerar la zona culpó directamente a la edificación del espigón del muelle de O Vicedo, realizado en 1990 y que, según los vecinos generó dos fenómenos. "Por un lado houbo unha erosión brutal que fixo que en 14 anos (ata 2004) avanzara o mar máis de 100 metros, levando por diante as dunas e a arboleda, pero ademais xerou a desaparición de bivalvos como a coquina, que había en gran cantidade e deixaba unha riqueza importante", señala Claudio J. Castro, catedrático retirado de matemáticas que tiene una casa justo al lado de la playa tras adquirir una parcela en 1987 y edificar antes de que entrase en vigor la Ley de Costas de 88, "aínda que xa levaba vindo asiduamente dende o ano 1965", explica.

El avance del mar fue tan brutal que incluso las casas más cercanas al litoral tuvieron que protegerse pese a que contaban con un espacio que parecía suficiente para que el agua no las alcanzara. "A chamada Casa dos Asturianos tiña fóra do peche un terreo propio e outro de Costas, ademais da carretera, pero agora nunha marea rutinaria o mar bate no muro/espigón, así de grande foi o cambio", explica Castro.

Antes del plan elaborado en el año 2006, que nunca se llevó a cabo, dos años antes hubo un intento de la Dirección General de Costas de promover ayudas para regenerar la zona, lo que incluía también la playa de Fomento. "A xente opúxose porque implicaba dragado de outros areais e a demolición de casas; ademais a Confraría de Pescadores non quixo negociar porque podía estar en perigo a produción de coquina, algo que se demostrou que estaba en perigo igual. De feito, as asocacións ecoloxistas, como Adega, non se opoñían", explica Castro, que también lamenta que el plan posterior, el de 2007, no fructificase. "Era un proxecto que abarcaba dende a fábrica de peixe abandoada ata a Pena Furada, non só debería afectar positivamente á Arealonga, tamén a outras praias como Fomento ou Moledos".

El futuro no pinta muy halagüeño, ya que pese a que la crecida del mar parece estabilizada en los últimos años. Parte del arenal de Arealonga, hacia la zona de Moledos, se está convirtiendo en un pedregal y en el invierno todavía puede ir a peor.

TALUD Y TEMPORALES. "Nos anos 90 podíanse xogar 4 partidos de fútbol con marea baixa e agora con marea alta non hai praia". Así resume José Ramón Méndez, habitual de la playa de Nois a finales del siglo pasado, lo sucedido con el arenal de Arealonga en los últimos 30 años, aunque fue desde principios de siglo, en el año 2002 cuando el mar fue ganando más terreno, sobre todo por el lado de Nois, menos por el de Fazouro, aunque también hubo variaciones. "Lembro que con marea alta había familias comendo na area seca da praia polo lado de Fazouro e agora apenas queda unha lengua de area mollada e incluso case desaparece por completo", asegura Julián Amarelo, vecino de Nois.

Los problemas empezaron en los primeros años del milenio, concretamente en el año 2002, con algunos derrumbes de piedras que llegaban a la playa desde el camino y que podían poner en peligro a los bañistas. La construcción inicial de un muro fue insuficiente porque el mal tiempo y el mar se encargaron de derribarlo y después se construyó un talud de grandes dimensiones y se afianzó con gran cantidad de tierra.

Esta edificación comió parte de la playa hacia el lado de Nois y entre la crecida del mar y los temporales (especialmente el de 2009) provocaron la desaparición dela arena, sustituida por cascotes y piedras. Así, el mar comenzó a golpear de forma directa el talud de apoyo. Las inclemencias y la acción del mar no solo dividieron el arenal en dos, partiéndolo por la mitad, sino que destrozaron también parte de la obra iniciada por Costas para regenerar la playa.

Arealonga también solía ser un paraíso para los surfistas, que aprovechaban las buenas olas para realizar su deporte favorito. La mayoría optaba por una ola central que ahora no existe tras los cambios en las mareas, según explica un practicante de este deporte. Los que acuden ahora tienen todavía una ola en la cara oeste de la playa, que suele surfearse en marea baja o media.

EL CASO OPUESTO. Un caso opuesto al que se da en la Arealonga de Vicedo o de Nois está teniendo lugar en los últimos años en la zona entre el muelle de Burela y el área geológica de O Perdouro. La construcción de determinados diques en los últimos años motivó cambios en las mareas y movimientos de arena que derivaron en la creación de una playa que en los dos últimos veranos está siendo ya aprovechada por los vecinos de Burela para tomar el sol y darse un baño.

Vecinos como José Manuel Ferreira recuerdan que en los años 70 y 80 acudían a la playa de Castrelo, pero no está exactamente ubicada en el mismo lugar que la que se está creando ahora. "A praia estaba máis ben á altura da rotonda de abaixo da variante. A zona onde está aparecendo agora toda a area é a que nós chamábamos da Ribeira e acudía a xente para coller pulga para pescar. Había algo de area, pero a maioría eran rochas e o acceso era máis complicado", explica este burelés.

El peligro que puede representar este movimiento de las mareas es que podría incluso afectar a la zona geológica de O Perdouro, ya que está preevisto que se vayan a construir más diques de contención en el muelle burelés y la arena podría seguir moviéndose, probablemente hacia el Este, según señalan los expertos.

Arealonga, en O Vicedo El mar comió gran parte del arenal

Pese a que desde 2010 da la impresión de que el avance del mar en Arealonga está estabilizado, hay varias casas, sobre todo una, que se encuentran prácticamente al alcance de las olas, sobre todo en caso de fuertes temporales en las mareas altas.

 

 

Burela Una playa surgida al lado del nuevo muelle

En la cara oeste del puerto de Burela hubo muchos movimientos de arena en los últimos años y apareció una playa que en marea baja permite incluso acceder sin apenas mojarse hasta la espectacular zona geológica de O Perdouro.

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