Mundo

El piloto del avión ruso derribado en Siria se inmoló para no caer prisionero

El piloto del avión Su-25 derribado en la provincia siria de Idlib el pasado sábado se inmoló con una granada para no caer prisionero de los yihadistas, según informó este lunes en Kremlin.

El Gobierno ruso indicó que, una vez en tierra, el piloto, Roman Filipov, intentó ponerse en contacto con su base aérea. Al verse rodeado por militares árabes, decidió detonar una granada.

Según la cadena oficialista RT, el soldado habría gritado antes de suicidarse "¿Esto es por nuestros muchachos!". El piloto será condecorado como héroe de Rusia a título póstumo.