Personas mayores y con huerta, perfil del declarante de fincas con patata

Las oficinas agrarias comarcales reciben estos días las declaraciones de propietarios de parcelas sembradas con patatas y que deberán ser arrancadas y retiradas para su incineración a partir de los próximos días, al igual que el resto de cosecha autóctona afectada por la plaga de la polilla guatemalteca que todavía esté almacenada. El perfil de personas que acuden a dar cuenta de sus plantaciones está compuesto de forma mayoritaria por mayores que cultivan unas decenas de metros cuadrados de patata temprana en la huerta familiar. 

Estos productores de autoconsumo salen de las oficinas agrarias con las trampas que facilitan los técnicos de la Xunta y las indicaciones para colocarlas en el terreno. Estas son de dos tipos. Existe un modelo comercial y otro casero, que se puede improvisar con una garrafa abierta y en cuya tapa se sitúan las feromonas sexuales que atraen el insecto, además llevan agua en el fondo para que queden atrapadas las polillas. De hecho, aseguran que el modelo casero es tanto o más efectivo que el oficial. También existen polilleros que se colocan en los lugares de almacenamiento, impregnados con una sustancia similar, a la que se adhiere la Tecia solanivora. 

Para identificar las parcelas es necesario acudir con información del polígono y la parcela de rústica donde se ubica la finca en que se plantaron, que si no les consta en ese momento deberá situarse sobre un mapa aéreo. 

La Consellería de Medio Rural tiene ahora dificultad para contabilizar la cifra de kilos retirados de la pasada cosecha, debido a que es la empresa Tragsatec quien efectúa la recogida sobre el terreno y el posterior traslado para su quema en un vertedero autorizado. El departamento autonómico prevé comenzar mañana la operación de levantamiento y retirada de las plantaciones ya realizadas, que arrancará en primer lugar en los concellos limítrofes con la zona tampón y el contorno interior del área demarcada, es decir, se hará de sur a norte a fin de evitar que se extienda hacia el interior de la provincia y terminar en la costa, donde esperan que el mar actúe como barrera natural. 

Los camiones que se emplearán para la retirada de los tubérculos sembrados, tanto si están dañados como si no lo están, son los que se utilizan de manera habitual para el transporte de los animales muertos que se producen en las explotaciones agrarias. Se trata de unos vehículos especiales y herméticos. Por otro lado, Medio Rural tiene pendiente de definir las indemnizaciones a productores y almacenistas, que costearán a partes iguales el Ministerio de Agricultura y la Xunta, que incluso prevén el posible aumento de consignación si fuese necesario.