Personas con asperger alertan del "estigma" que implica su diagnóstico como trastorno

"Me asusta que en pleno siglo XXI se etiquete como discapacidad lo que son características de la personalidad", afirma Manuel Fernández

Personas con asperger alertaron este sábado en un foro del "estigma" que implica su diagnóstico como trastorno. El testimonio de Manuel Fernández Álvarez -que a sus 29 años descubrió que llevaba toda su vida conviviendo con este síndrome- despertó un gran interés entre los asistentes, ya que las familias de los afectados se sintieron totalmente identificadas con su enfoque, que él mismo calificó como transgresor. "Me asusta que en hoy en día, en pleno siglo XXI, se etiquete como discapacidad, patología, diagnóstico o problema lo que son únicamente características de la personalidad. Yo no tengo ningún problema y mi personalidad no me ha impedido tener pareja, aprender cuatro lenguas o hacer una carrera en la rama sanitaria", dijo.

Su experiencia personal corrobora que el síndrome de asperger no está reñido con la integración social. "Durante mi infancia y mi adolescencia me sentía diferente. No lograba atender en una clase rodeado de 25 personas, pero estudiaba perfectamente en una biblioteca y aprobaba los exámenes perfectamente. Yo jamás consideré que tuviera un problema o una discapacidad. A los 29 años", contó, "mi pareja me regaló un libro (El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon), en el que un niño con asperger explicaba su forma de ver el mundo. Cuando lo leí me sentí totalmente indentificado, así que fui a una asociación de personas con autismo, me hicieron pruebas, y me confirmaron lo que yo intuía".

Los afectados consideran que no se puede abordar el asperger desde el punto de vista "médico o patológico", sino desde "la diversidad"

Según explicó, para las personas con este síndrome -y para sus familias- tener un diagnóstico supone una liberación, pero la sociedad lo convierte en una losa. "Cuando supe que tenía asperger me sentí aliviado. Empecé a entender mucho mejor como funcionaba mi cabeza, pero es terrible ver como la sociedad te etiqueta y te excluye de poder hacer tu vida. Como a mí me lo diagnosticaron de adulto pude sacar el carné de conducir, hacer una carrera y acceder a un trabajo. Si lo supiera antes me tratarían como discapacitado y además le pondrían un porcentaje a mi discapacidad. Eso es ridículo", sentenció.

María Luisa Álvarez y Secundino Fernández, padres de un joven con asperger, confirmaron las palabras de Manuel Fernández. "Nuestro hijo no pudo sacar el carné de conducir porque consideran que tienen una minusvalía superior al 45%. Pero le dejaron sacar el de moto y el de vehículos agrícolas. No puede conducir un coche pero sí el tractor más grande del mercado. Y como esta incoherencia hay cientos", apuntaron.

En el foro, organizado por Raiolas, participaron también Inés Zas, psicóloga; María Guerreiro, miembro del Equipo de Orientación Específico (TEA) de la Consellería de Educación, y Emilio Fernández, neuropediatra, quien destacó la importancia del diagnóstico precoz.