Opinión

Pensiones

EL ESTADO (no el de sitio) cobra puntualmente los impuestos, pero el erario siempre carece de fondos para satisfacer las necesidades del contribuyente. Los únicos que no advierten la hucha vacía son los habituales que meten la mano en la caja. Todo ello explica quizá la tacañería del Gobierno negándose a que la subida de las pensiones coincida con el IPC, limitando el aumento a un 0,25%. Lo escandaloso es que lo venda como si lo fuese: significa un incremento de dos, tres o cuatro euros, suficiente a veces para que aumente la retención, con lo cual baja la cuantía a percibir. Para eso, mejor no haber hecho el paripé, más que paripé un insulto. Rajoy insiste en que no hay dinero para más (para esto) y reprocha a la oposición que demande y prometa subidas que no va a poder cumplir. En eso, quizá tenga razón; es muy fácil ser desprendido cuando no se ejerce responsabilidad, pero pensando en ejercerla algún día, mejor sería ser cauteloso. Claro que después todo se justifica con que las promesas electorales, como bien decía el profesor Tierno, son para no cumplirse. Y tan panchos.

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