La Pegatina: "Nos cayeron muchos palos por la canción de Eurovisión"

La voz de Adrià Salas traerá este viernes la alegría contagiosa de La Pegatina al Caudal Fest de Lugo y hará del escenario una gran fiesta con los temas de Ahora o nunca
La Pegatina. EP
photo_camera La Pegatina. EP

El hijo de Mari Carmen puede que ya encontrara la puerta de salida del afterhour. Adrià Salas (segundo por la derecha) continúa con la alegría de La Pegatina en la voz, pero tomándoselo ya más relajado, sin ganas de salir después de cada concierto. Este viernes estará haciendo bailar al Caudal Fest de Lugo.

La Pegatina se empezó a pegar en transportes públicos.
Somos de un pueblo de cerca de Barcelona que se llama Montcada i Reixac. Dos de nosotros iban juntos al colegio desde pequeños, yo los conocí después y empezamos a hacer canciones, tocar temas de Manu Chao y poco a poco empezamos ver toda la movida mestiza de Barcelona. Volviendo a casa, que teníamos que coger el bus, íbamos creando canciones. Justo era la época que empezábamos la Universidad, a tocar en las fiestas de las facultades y fuimos aprendiendo a tocar poco a poco.

¿Qué estudió?
Periodismo, y considero que me sigo dedicando a la comunicación.

¿Desde cuándo viven de La Pegatina?
Desde el primer disco en 2006. Justo llegaron los dos franceses del grupo y dijimos que para crecer necesitábamos que se quedaran. Entonces nos buscábamos la vida para, por lo menos, que vivieran ellos de esto. Pero no era justo que vivieran solo ellos, entonces buscamos hacer muchos conciertos a un precio razonable.

En Ahora o nunca hablan de la "serenidad" necesaria para vivir del mundo de la música
Empezamos con 18 y ahora tengo 34. He pasado ese punto en el que vas madurando junto a ocho personas y pasamos en grupo las mismas fases. Con 22 años estás a tope y sales después de cada concierto. Llega un momento en que están todos emparejados, necesitas tener vida social, no dedicarnos todos completamente al grupo y tener espacio para ti mismo. Ahora nos encontramos en ese momento de: "Ya nos hemos aplicado al 300% estos años, necesitamos seguir a este nivel, pero sin implicarnos tanto mentalmente porque hay que saber disfrutar de otras cosas de la vida". Y eso aparece en las canciones.

En Algo está pasando.
Totalmente, hay que relajar un poco la cosa para poder disfrutar. Y más ahora, que con las redes sociales tienes una ansiedad continua de tener que hacer contenidos para publicar, porque si no lo haces a tal hora tal día vas a perder seguidores. Estamos intentando entender todo esto y ver cómo se puede relajar. Es la forma de no venderse a nada. Si eres esclavo de las redes y los ‘timings’ dejas de hacer cosas. La mayoría de grupos catalanes acaban haciendo la misma música porque ves que a uno le funciona y entonces haces lo mismo. Todos se ponen a hacer reguetón o meter electrónica a cosas que eran de raíz y, de golpe, acaba siendo todo lo mismo.

Internet fue fundamental en los inicios del grupo.
Al principio es una forma de mostrarte. A La Pegatina no nos querían en ninguna discográfica, en internet tuvimos el acceso de presentarnos ante el mundo. Es una herramienta, en aquel momento la usamos súper bien. Si recae todo el peso ahí significa que ya no eres música, eres imagen. Eso me molesta. Yo sigo a Rita Ora, me llama la atención su vida, pero no sé lo que canta.

¿Sus letras son menos reivindicativas ahora?
No creo que cambiara lo reivindicativo, creo que cambiamos la forma de escribir porque hemos ido creciendo. Al principio, hablando en plata, te cagas en todo y ya está. Ahora le das la vuelta de tuerca para que entre mejor, la disimulas para que la entienda el que la pueda entender.

El próximo viernes lanzan Un secreto a voces.
Es un recopilatorio de toda la carrera, para la gente que nos está conociendo ahora, se lo ponemos fácil para que sepan a qué canciones tienen que ir. Se ve mucho el cambio. Nunca había sido tan clara la evolución de un grupo,que está reflejada en un documental que acompaña al disco.

Compuso La venda, la canción que llevó Miki a Eurovisión. Viéndolo desde ahora, ¿qué balance saca de esa experiencia?
Era algo que me hacía gracia porque Miki es del pueblo de al lado. Nos cayeron palos por eso y yo considero que no tengo que limitarme a nada ni a ningún estilo. Es un programa de televisión, una forma de promocionar música. También nos cayeron por el país en el que se hacía. Sacamos un comunicado diciendo que estamos en desacuerdo con la violación de derechos humanos, pero de cualquier país, no solo de Israel, de España también, que los viola constantemente. No fui a Israel para demostrar esto, que no hacía falta, ya lo hacemos en nuestras canciones, pero hay gente que se entestaba. Por otra parte, que una canción mía con la onda del grupo le llegara a toda España sirvió para que los medios dijesen: "La Pegatina le puede gustar a cualquiera", algo que llevábamos años queriendo comunicar.

Siempre hay comentarios críticos, como el de que cantan en menos idiomas.
Es como que hay que buscarle los puntos flacos a todo. A cada uno le apetece hacer lo que quiera y, si no te gusta, móntate un grupo y dedícate a todo lo que quieras. Nosotros hacemos lo que nos apetece y no por contentar a nadie.

Si no estuviera en La Pegatina estaría...
Viajando, enrolado en cualquier otro lío. No he venido al mundo para estar haciendo rutina ni trabajando para nadie ni haciendo un horario fijo.

¿Se ve haciendo eso a largo plazo?
No! [Ríe]. Dedicándome a la música, sí. A este nivel, no lo sé. Es muy sacrificado y hay más cosas que hacer.

Comentarios