"Damos soporte a la selección genética del langostino en Centroamérica"

Paulino Martínez: "Cuesta bucear en el genoma, identificar los genes y ver sus posiciones"

Dirige desde la facultad de Veterinaria el grupo de genética aplicada a la acuicultura que, junto al CSIC y el Centro Nacional de Análisis Genómico, ha llevado a cabo la secuenciación del genoma del rodaballo, lo que permitirá mejorar el cultivo de esta especie
Paulino Martínez
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Acaban de completar la secuenciación genómica del rodaballo. ¿Cuál es la importancia de este hallazgo? ¿Cuántas especies se han secuenciado en España?

Depende de qué nivel hablemos. Aquí estamos hablando de vertebrados o eucariotas, porque bacterias y virus tienen genomas mucho más sencillos y supongo que están secuenciados como churros. La limitación no es tanto la secuenciación como el ensamblado y el análisis informático. La secuenciación la hicimos entre el CSIC de Vigo y nosotros y ha salido por 20.000 euros, que si se piensa en los 15.000 millones de dólares que costó el genoma humano en 2002 es una ridiculez. El ensamblado lo hizo el CNAG de Barcelona con nuestra colaboración, y les llevó aproximadamente un año. Una vez que tienes el genoma lo que cuesta después es bucear en él, identificar los genes que tiene, qué posiciones ocupan. Lo que cuesta realmente es el análisis en ordenador una vez que ya tienes los 600 millones de nucleótidos ordenados. Eso nos llevó dos años a 15 personas de aquí, cuatro personas en Vigo y otras tres personas en Santiago.


"La genómica aporta herramientas para una selección más eficiente, no se hace ninguna manipulación"


Empezó a investigar en los años 80. ¿Se imaginaba entonces que esta área de conocimiento podía llegar a este nivel de desarrollo casi treinta años más tarde?

No nos lo imaginábamos. El proyecto Genoma Humano es de 2002 y marca un hito, aunque se hace con secuenciadores antiguos y esos métodos son los que determinaron un coste tan elevado, 15.000 millones de dólares. A partir de 2005 aparece la nueva generación en secuenciación porque las empresas farmacéuticas ven un ámbito de negocio muy claro en la medicina personalizada y eso desencadena una competición tremenda entre las casas comerciales tecnológicas para producir sistemas que se abaraten cada vez más. Toda ese avance tecnológico ha sido muy rápido. El primer proyecto genoma en acuicultura es de 2005, el proyecto Genoma España Canadá, que se dedica al lenguado. La Xunta, como no puede entrar el rodaballo en ese proyecto, promueve con la industria local un proyecto para el rodaballo y ahí empezamos nosotros realmente.

¿En la acuicultura se le está prestando más atención a la genética y genómica que en otros sectores?

No, en porcino, en vacuno, en aves se lleva haciendo genética cien años. Es cierto que se han utilizado en el pasado herramientas tradicionales, lo que se llama la genética cuantitativa, que son fundamentalmente herramientas estadísticas para hacer la mejora. Cuando a principios de este siglo se incorpora la genómica todas estas especies domésticas tradicionales tienen ya su mapa genético y la selección genómica ya se está aplicando y en peces todavía no. En la acuicultura, a diferencia de las especies domésticas, hay 500 especies que se están cultivando en todo el mundo. Está extremadamente diversificada y seguramente sufrirá un proceso de selección hacia las especies que sean más productivas. Lo que sí ha sucedido es que la acuicultura, a partir de los años 80 y 90 del siglo pasado, tiene un despegue brutal comparado con las capturas de pesquerías, que se estancan e incluso declinan, para hacer accesible la proteína de origen acuático al gran público.


"En acuicultura hay unas 500 especies que se están cultivando en el mundo"


Muchas veces estos procedimientos provocan desconfianza en el consumidor. ¿Hay razón para ello?

Ninguna y me llama poderosamente la atención que esto pase con la acuicultura cuando todo el mundo lleva consumiendo cerdos, pollos, conejos, cabritos en los que se está haciendo selección mucho más avanzada que en la acuicultura desde hace mucho más tiempo. El ser humano lleva seleccionando de forma intuitiva desde hace 10.000 años. A partir del siglo pasado ya hay un conocimiento científico de lo que son los genes, dónde están ubicados, dónde se puede seleccionar y eso implica un salto cualitativo, crecimientos mucho más importantes con base científica. Eso se lleva haciendo cincuenta o sesenta años. La acuicultura sigue la misma ruta. La selección genética se lleva haciendo desde siempre, otra cosa es si hablamos de transgénicos, que están prohibidos con animales en la mayor parte del mundo. En acuicultura se hace genética tradicional, y la genómica aporta herramientas para hacer una selección más eficiente. No se hace ningún tipo de manipulación.

¿Están usando ya los resultados del genoma?

Sí, en dos proyectos europeos. El proyecto Aquatrace, que pretende evaluar si hay escapes de la acuicultura al medio natural y si esos peces que se escapan sobreviven y se mezclan con los salvajes. Se está haciendo con la dorada, la lubina, el rodaballo, el salmón y la trucha. Lo que hemos hecho es desarrollar una herramienta con un conjunto de marcadores que permite diferenciar los salvajes de los especímenes de granja y evaluar la presencia de estos. El cultivo de salmón, dorada y lubina se hace en jaulas en el mar y puede haber y hay escapes. En rodaballo es complicado, porque se hace en tanques. Lo que hay es efecto de repoblaciones como, por ejemplo, las que hizo la Xunta tras el Prestige, igual que se hizo en Bélgica y Noruega. El otro gran proyecto se llama Fishboost y en él se está empezando a aplicar selección genómica para la resistencia de las principales patologías de interés industrial. En el caso del rodaballo, el parásito que produce la ciliatosis es el más importante y se está viendo la viabilidad de utilizar el genoma para hacer una selección más eficaz frente a este parásito.

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