El colectivo Patrimonio dos Ancares localizó siete rocas con petroglifos en Montes de Vilasouto (O Incio), siendo el conjunto de grabados más grande del municipio, junto a los de Agro do Pepe, en la misma parroquia.
Se encuentran a un kilómetro del embalse, a 590 metros de altura. Una parte de los grabados son "cazoletas", de origen prehistórico. Otros tienen forma de herradura, que pueden ser medievales. Precisamente O Incio es el concello de Galicia con más motivos de herradura, asegura Xabier Moure, de Patrimonio dos Ancares.
En algunas ocasiones estas formas actúan como marcos divisorios, aunque no es el caso de los petroglifos localizados en O Incio. Según la tradición oral, las herraduras "sempre miran cara a un manancial ou un curso de auga", hecho que se cumple en estos, pues apuntan al embalse. Como recogen leyendas, en el concello se relacionan las herraduras con las huellas de los caballos de San Mamede y Santiago.
O Incio es el concello de Galicia con más motivos con forma de herradura
En cuanto a las "cazoletas" o "coviñas", aclara que son las representaciones más sencillas del arte rupestre gallego al aire libre, aunque "quizais as máis enigmáticas". Se cree que non tendrían un único significado y podrían ser recipientes para ofrendas, lugares para recoger el agua utilizada en algún ritual, receptáculos para sacrificios, o delimitadores de lugares mágicos o espacios sagrados.
En el punto en el que se localizaron los petroglifos no hay documentado este tipo de arte. Sin embargo, en el Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) sí figuran unos bautizados como petroglifos de A Pedra Escrita de Treimonte y Patrimonio dos Ancares cree que podrían ser los mismos, aunque están mal situados en el documento. El plan los ubica en Bardaos y en el plano figuran en el medio del embalse de Vilasouto. Por su parte, en el Plan Básico Autonómico no se incluyen.
Por ello, el colectivo solicitó a Patrimonio que, si son los mismos del PXOM, lo comunique al Concello y los contemple en el Plan Básico. Si son desconocidos, insta a que se cataloguen, ya que los grabados rupestres "gozan da máxima protección legal, son Ben de Interese Cultural (BIC)".
Un grupo de los petroglifos hallados sí es un nuevo descubrimiento, documentado gracias al vecino David Mourelo, señala.
