"Se acepta el divorcio en casos como el maltrato pero no creemos en él como solución"

El pastor evangélico Marcos Zapata y el sacerdote ortodoxo Radu Iacob nos hablan del matrimonio

Marcos Zapata, pastor evangélico
"El pastor sabe lo que es educar a los hijos y convivir, lo que lo acerca a los matrimonios"

Marcos Zapata, pastor evangélico. AEP

En la iglesia evangélica Buenas Noticias se celebran anualmente entre dos y tres bodas. Son matrimonios con validez legal, tras un acuerdo firmado con el Estado en 1992. El pastor Marcos Zapata detalla que la formación de los futuros matrimonios "ni se exige, ni es preceptiva". A las parejas interesadas, se les facilita material autodidacta, basado en terapia sistémica, indica. Así, la formación no se basa en cuestiones de fe, sino en aspectos como la resolución de conflictos, la decisión sobre la gestión del dinero..., explica. Pero, para el matrimonio, sí que se exigen principios sobre cuestiones como la exigencia de fidelidad o de ayuda mutua entre la pareja, recalca el pastor.

En otros aspectos, la filosofía es muy distinta. Así, no hay una concepción exclusivamente reproductiva de la sexualidad. El sexo "se concibe como un vínculo de conocimiento y de compartir entre la pareja", detalla Zapata, que subraya que también se aceptan los métodos anticonceptivos, "nunca los abortivos" y que se asumen técnicas reproductivas como la de implantación de embriones, "siempre que no exista manipulación genética", aclara.

El rito de las bodas tiene también sus particularidades. Zapata presume de que son "preciosas", porque son "participativas, con música y la gente habla". Se tiene en cuenta, dice el pastor, que "tu boda, después de tu entierro, es el acto en el que vas a reunir a más gente querida".

Pero que no haya dogmas religiosos que estudiar antes del matrimonio no implica que para los evangélicos el matrimonio esté exento de exigencia. "Se admiten casos de divorcio, pero no creemos en él como solución. Así, hay divorcio ante problemas como el adulterio, el maltrato, si alguien ha engañado en la boda..., pero por lo demás se considera que hay que luchar por preservar la pareja", cuenta Zapata.

Seguramente, en la concepción del matrimonio entre las comunidades evangélicas tiene un papel clave el hecho de que los pastores pueden casarse y, de hecho, el 99 por ciento de ellos están casados. "Es importante, porque supone que el pastor sabe lo que es convivir, educar a los hijos... Eso le permite estar más cerca de los matrimonios de su iglesia", dice.

Destaca que, a la vez, la mujer del pastor (en realidad también las mujeres pueden ser ordenadas, aunque en Lugo no hay ninguna) también juega un papel muy relevante en la comunidad religiosa y la relación con los fieles.

Radu Iacob, sacerdote ortodoxo
"Lo mínimo son tres sesiones de formación, pero ayuda recibir más. Está probado"

Radu Iacob, sacerdote ortodoxo. AEP

Radu Iacob, el sacerdote de la comunidad ortodoxa de Lugo, detalla que las parejas asisten a un mínimo de tres sesiones de formación antes del matrimonio. "No hay un número fijo de encuentros, pero lo mínimo son tres y lo recomendable es que acudan a nueve", apunta.

El número de bodas ortodoxas que se celebran en Lugo es bajo, porque la comunidad es pequeña, de unas 1.200 personas en toda la provincia y con unas 30 o 40 familias que asisten regularmente a los ritos y misas en Lugo, en la parroquia del Buen Pastor.

Pero Radu Iacob destaca el valor de los cursos previos al matrimonio, probado científicamente, dice. Y apoya su argumentación en una encuesta realizada por su Iglesia en EE.UU., en la que el 75 por ciento de quienes habían acudido a siete o más sesiones prematrimoniales manifestaron que esos encuentros les habían sido útiles, dice.

El sacerdote ortodoxo, casado y con tres hijos, apunta que las sesiones básicas de sus cursos se centran en explicar el rito del matrimonio, pero que después se abunda en aspectos como la "responsabilidad y fidelidad" de los cónyuges. Se aborda también el papel futuro como padres, dice.

En los cursos ortodoxos también se abordan aspectos "negativos", como el divorcio, "que se acepta en ciertos casos, pero no se recomienda, y por eso es importante la preparación previa", indica Iacob.

El material con el que la iglesia ortodoxa prepara a las parejas incluye también tests para ayudar a los novios a establecer las prioridades de la vida y cómo seguir la vida de la Iglesia tras el matrimonio, explica Iacob. En esas actividades formativas de la comunidad ortodoxa, colabora con frecuencia el Centro de Orientación Familiar de la iglesia católica, "para ayudarles en los retos que se encuentran después en la vida", apunta Iacob.

Para la comunidad, añade, es también importante el papel de los padrinos, que "son siempre una pareja casada que debe guiarlos en su vida".