Opinión

Para todo hay que valer

LA ESCUELA de la vida suele enseñarte buena educación. La buena educación te regala cierta credibilidad no siempre merecida. El exceso de buena educación te convierte en un tonto. Esto les sucedió a los seis ladrones belgas que trataron de asaltar una tienda de cigarrillos electrónicos. Para quitárselos de encima, como era mediodía, el dueño les invitó a volver hacia las seis y media, cuando hubiese hecho más caja. Obedientes, volvieron a las cinco y media, con lo que recibieron la consiguiente reprimenda del dependiente: faltaba una hora para las seis y media. Que eso ya son ganas de molestar, más que de robar. Cuando volvieron por tercera vez la poli puso punto final a una carrera delictiva que ya no prometía.

Estos chicos querían hacer un remake de Ocean’s Eleven, lo que explica que fuesen nada menos que seis a atracar un tienda de cigarrillos electrónicos. Al final, sin saberlo, parodiaron Atraco a las tres. Que ya es difícil. Tampoco entiendo cómo les afectó tan pronto el síndrome de Estocolmo invertido y se dejaron convencer así de fácil por su atracado. En la trena tendrán tiempo para ver cine. Que aprendan de Woody Allen: "Coge el dinero y corre". Tampoco es tan difícil.

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