Para cerrar viejas heridas

Abrazo entre la hija y el nieto de Antonio Reboiro. toño parga
photo_camera Abrazo entre la hija y el nieto de Antonio Reboiro. toño parga

"Todos precisamos unha tumba na que chorar. Por iso, con este acto non pretendemos abrir novas feridas. Pretendemos que cicatricen as que levan moitos anos abertas". Eran las palabras de Rafael Castillo Reboiro, el nieto de una de las más de 60 personas a las que el sábado se les rindió homenaje en A Pobra do Brollón, en un acto marcado por la emoción contenida y la sensación de que estos reconocimientos tendrían que haber llegado hace muchos años.

El pasado mes de julio el propio Rafael Castillo presentó a título particular una moción en el pleno municipal para que se hiciese un homenaje público a las víctimas de la represión franquista, con el fin de que se reconociese en muchos casos su existencia y se les devolviese a sus familiares la posibilidad de honrar a sus difuntos de una manera digna. La moción salió adelante con el apoyo de nacionalistas y socialistas y, unos meses después, desde el equipo de gobierno local y con el esfuerzo del propio Rafael Castillo se iniciaron los trámites para localizar los nombres y la historia de fusilados, paseados, encarcelados y sancionados por el régimen de Franco en A Pobra do Brollón.

En todo este tiempo se dio con el nombre y la historia de 63 vecinos y el sábado familiares y amigos les devolvieron al recuerdo colectivo. El acto fue sencillo y consistió en una entrega de documentos a sus descendientes y en el descubrimiento de una placa en la pared de la casa consistorial. Pero la ocasión fue única para sellar heridas y para devolver a los que no están al lugar que les corresponde.

El abuelo de Rafael Castillo Reboiro era Antonio Reboiro Rodríguez, concejal republicano y fusilado en 1938. A Antonio lo fueron a buscar a su casa y se lo llevaron ante la impotencia de su esposa y su hija, una niña de apenas cinco años que todavía hoy tiene grabada a fuego aquella fatídica fecha. Luz Reboiro recuerda que aquel día ella llevaba unos zapatos rojos y que, aunque no entendía el significado de esa palabra, sabía que tenía connotaciones negativas. Por eso, cuando unos hombres entraron a buscar a su padre armados hasta los dientes, ella se esforzó en esconder sus zapatos.

La historia de Antonio Reboiro es sólo una de las más de sesenta que ayer estaban en la mente del centenar personas que se dio cita en la casa de la cultura Olga Novo de Brollón. No es la única historia, ni la más triste, ni la menos alegre, es sólo un ejemplo que refleja las injusticias que se cometieron «cos homes e mulleres que morreron ou foron castigados por defender as súas ideas», apuntó el alcalde Xosé Luis Maceda Vilariño. «Foron castigados e ultraxados pola falta de respecto á opinión allea», añadió la teniente de alcalde de A Pobra do Brollón Adoración Fernández.

Ahora, el próximo paso para muchos de los que asistieron al acto del sábado es recuperar los cuerpos de los fusilados. «O meu pai está enterrado nalgún lugar de Lugo, nalgún terreo no que probablemente hoxe haxa edificios», apuntaba la hija de una víctima.

Los homenajeados

Además de recordar a Antonio Reboiro también se rindió homenaje a otros fallecidos: Juan Abramo, Dositeo Casanova, Jesús y José Casas, Emilio Díaz, Alfonso Fernández, José María y Ricardo García, Gervasio González, Laureano y José López, Carmen Maceda, Perfecto Quiroga, Odilo Rodríguez, Amador Rodríguez, Rogelio Rodríguez, Joaquín da Silva, José Rodríguez y Ramón Somoza. Fue condenado también José Ferreiro, pero luego vio conmutada la sentencia.

Se honró a otros vecinos encarcelados: Libertad Amaro, Miguel Cal, Plácido Carballo, Vicente de la Fuente, Manuel García, Esperanza Gómez, Manuel González, Abel y Anselmo González, Manuel Macía, José Morillo, Celestino Olmo, Rodrigo Pérez, Esteban Quiñones, Julio Rodríguez y Marcelino Valcárcel. Los detenidos fueron Manuel Jul, Manuel Maceda, Serafín Macías, Pedro Prieto y Domingo Vázquez.

Los procesados fueron Juan Casas, Serafín Fernández, Celestino López, Álvaro Naveira y Benedicto Santos. En cuanto a los sancionados, fueron Bonifacio Arias, Manuel Carril, Ángel Casas, José Díaz, Benjamín Fernández, José Fernández, J.R. González, José López, Álvaro López, Jesús Macía, José Moreira, Felipe Núñez, Saturnino Parada y Celestino Torres.

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