Óscar Eimil: "España siempre tuvo la pulsión de unión y división"

El novelista de VIlalba debuta con 'Reinos de Sangre', ambientada en la gestación de León, Castilla, Navarra y Aragón en el siglo XI

Óscar Eimil. EP
photo_camera Óscar Eimil. EP

Óscar Eimil (Vilalba, 1962) se impuso las peores condiciones en 2016 para debutar como escritor: "El género más difícil y la época más difícil", como le explicitó su editor cuando se conocieron. Pero superó la prueba. El resultado es la novela Reinos de sangre, una novela que acaba de salir y que está ambientada en el sombrío siglo XI —"un tiempo poco estudiado"—, cuando los reinos árabes en la Península se encaminaban hacia su decadencia y los reyes cristianos comenzaban a esbozar lo que 400 años más tarde sería un reino unificado.

Eimil opina que España "siempre tuvo la pulsión entre unión y división", aunque el autor reitera que la obra "no tiene intención política". En un intento que no se lea como un paralelismo, incide en que la comenzó hace más de un año, "cuando no había nada de esto", en referencia a la actualidad territorial.

Época: El editor le advirtió de que había elegido «el género más difícil y la época más difícil», el siglo XI


Los primeros movimientos de esa sístole y diástole se dieron en el comienzo del segundo milenio. Fernando El Grande (1016-1065) fue nombrado monarca de Castilla en 1028, tres años antes de que se desintegrase el Califato de Córdoba, en 1031; dando paso a un puzzle que fueron las taifas. La debilidad de los árabes fue aprovechada por este rey para fortalecer sus territorios, que se acabaron extendiendo desde el Atlántico al Mediterráneo en una franja irregular que recorre el norte de la Península.

Para conseguir dominar un territorio de esas dimensiones, Fernando "hizo cosas terribles". ‘Reinos de sangre. La forja de España’ arranca con un monarca anciano que reconsidera su vida "torturado por su conciencia" por las crueldades que cometió para crear su gran reino.

Cuando sabe que va a morir, destruye su obra al repartir sus territorios entre sus hijos. El novelista no se atreve a determinar un motivo único para contradecir toda su ambición y su esfuerzo, pero supone que "en aquel momento la tradición pesaba mucho y la monarquía era un asunto familiar", por lo que pudo hacerlo porque "tenía sus favoritos y no quiso desheredar al primogénito".

Esa decisión provoca que se dé la vuelta a los relojes de arena de Aragón, Castilla, León y Navarra. Como consecuencia, sus hijos reproducen su modelo de dominación y vuelven a enfrentarse.

Lugo: En dos escenas de la novela aparece la muralla de Lugo y se narra la toma del castillo de Monterroso


"El libro es circular porque se cuenta su reinado, entre 1028 y 1065, que fue un reinado largo", indica Óscar Eimil. "Fernando regresa en otoño de 1065 de una incursión en Valencia y se siente mal en su campamento del monasterio de Arlanza(Burgos), y decide ir a morir a León, pero antes se confiesa con un monje y le cuenta su vida desde la infancia".

GALICIA. El origen gallego del novelista, que reside en Andalucía desde hace más de veinte años, y el peso de Galicia en la historia española son factores que hacen que la comunidad tenga una presencia notable en Reinos de sangre.

Lugo aparece en dos escenas, con la muralla como defensa imponente, tanto vista desde el río Miño como cuando va a ser objeto de un asalto, que non llega a producirse por la rendición de los vecinos. Además cuenta la toma del castillo de Monterroso.

Como concesión a su villa natal, Eimil incorpora al trovador Canedo, a quien "rejuvenece" desde la época de los Irmandiños. "Quise meterlo porque, de pequeños, íbamos mucho al parador. Allí había un mural con Canedo". A Vilalba volverá el día 22 de diciembre para presentar su novela.

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