Oposiciones aprobadas pero sin plazas: ordenanzas, sí o sí

OPOSICIONES ► Francisco, Alba, Iria y Sabela se sientan alrededor de la misma mesa tres horas a la semana. Apoyan las manos en la frente y releen bajito el temario para dos plazas de conserje de la Subdelegación del Gobierno y Defensa. Constancia y esfuerzos no le faltan

Francisco, Alba, Iria y Sabela, acompañados de la profesora, Sarai Lodeiro, en el local de Down Lugo. ANA SOMOZA
photo_camera Francisco, Alba, Iria y Sabela, acompañados de la profesora, Sarai Lodeiro, en el local de Down Lugo. ANA SOMOZA

SE LO SABEN ya todo o casi todo, aunque su sonrisa tímida les impide afirmar que, de esta vez, sí se harán con la plaza de conserje soñada. Para Francisco, Alba, Iria y Sabela estudiar una oposición no es ya nada nuevo. El que más y el que menos de este grupo lleva haciéndolo desde hace varios años y con buenos resultados. Es decir, aprobando las oposiciones... aunque sin plaza.

Pero ahí siguen, dando ejemplo de resistencia, constancia y esfuerzo a todo aquel que ponga en duda su capacidad. Porque, independientemente de su número de cromosomas, su voluntad es la misma que la de cualquier otro opositor: hacerse con una plaza pública y resolver su situación laboral para el resto de sus vidas.

"El 22 de septiembre serán los exámenes para ordenanza. Hay dos plazas para discapacitados intelectuales en Lugo, que serían para el Ministerio de Defensa y la Subdelegación del Gobierno. Les entrarían siete temas sobre la Constitución y el funcionamiento de la Administración. El examen será tipo test y les preguntarán cuestiones relacionadas con el trabajo propio de ordenanza como, por ejemplo, cómo atender al público, cómo gestionar la correspondencia y la paquetería, cómo manejar una impresora o una encuadernadora, cuándo encender y apagar las luces...", explica Sarái Lodeiro Castro, preparadora de estos chicos y técnica de empleo de Down Lugo, una asociación que realiza muchas iniciativas de inserción sociolaboral gracias a subvenciones que recibe de distintas instituciones, entre ellas la Diputación, que aportó este año 12.000 euros.

Cuatro jóvenes preparan tres oposiciones distintas con clases semanales que siguen desde la asociación Down Lugo

Algunos de estos chicos no solo preparan estas oposiciones. También estudian las de conserje de la Xunta y las de celador en el Sergas, lo que supone más dificultad ya que se ampliaría el temario con cuestiones sobre el Estatuto de Autonomía, el estatuto de los celadores y prevención de accidentes y seguridad en el trabajo. "Lucho por conseguir siempre lo que quiero y no me importa seguir año tras año. Al contrario, me alegra y me motiva. Empecé a prepararme hace siete años, pero ahí sigo", cuenta Francisco García Rancaño, de 32 años.

Este chaval ya sabe qué hace un ordenanza. Lleva tres meses ejerciendo como tal en la Casa da Xuventude, donde tiene un contrato indefinido. Antes trabajó en Decathlon, Gadis y Suministros La Ronda. Además de esto, se formó apuntándose a varios cursos sobre informática y logística y gestión de almacén.

"Estoy de diez a dos y de cuatro y media a diez menos cuarto. Una semana, de mañana, y otra, de tarde. Me gusta mucho lo que hago: atiendo el teléfono, informo al público, abro y cierro puertas... Estoy contento", confiesa.

Alba Abuín Pardo lleva dos años en esto de las oposiciones. Como los demás, acude tres horas a la semana, repartidas en dos días, a la asociación para repasar los apuntes, ya adaptados a su condición. Alba está dispuesta a presentarse a las tres convocatorias. A sus 29 años, ya tiene una amplia experiencia laboral.

"Fui ordenanza en la Diputación y tengo un contrato indefinido, desde hace tres años, en Decathlon, donde doblo la ropa, la coloco, ayudo a descargar camiones, etiqueto, saco balizaje y recojo la ropa de los probadores, entre otras cosas. Me encanta trabajar allí porque es un trabajo en equipo y mis compañeros son fantásticos, pero me gustaría también estar en una oficina", dice Alba.

Esta chica trabaja en Decathlon de diez a dos. Por la tarde, le dedica una hora a estudiar las oposiciones en casa, a mayores de las clases en Down Lugo.

Su compañera Iria Villamarín Castro, de 26 años, también optará al Sergas. Confiesa que estudia "a ratos". Como los demás, ya tiene una vida laboral en la que consta su experiencia como ayudante de comedor en el Burger King de As Termas y reponedora en Gadis.

La cuarta joven del grupo, Sabela Arias Piñeiro, de 29 años, tiene un contrato indefinido en el laboratorio AMS Lab, situado en O Ceao, donde se dedica al archivo de documentación. Previamente, hizo prácticas en el BBVA y fue recepcionista en el centro de San Vicente Paúl. "Estoy muy contenta en el trabajo pero me gustaría hacerme con alguna de las plazas. Por eso sigo estudiando y vengo aquí", dice Sabela.

Ejercicios
"Dejar entrar antes de salir"
El temerario está adaptado a su discapacidad y las pruebas son de tipo test. Dentro de las preguntas, se plantean varios casos prácticos. "¿qué hacemos si cuando vamos a salir entra alguien?", pregunta la preparadora, Sarai Lodeiro."Dejamos entrar antes de salir", responden los chicos. Sarai lanza otra pregunta: "¿qué tiene que haber siempre sobre la mesa?". "Papel y bolígrafo", contestan los chicos
Palabras
El examen finaliza recordando dos palabras clave —por favor y gracias— que han de usar los ordenanzas a menudo. "Son cosas que ya sabemos y decimos, pero hay que repasarlas", repite Francisco con convencimiento.

 

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