El pasado fin de semana, en mitad de la celebración de la fiesta normanda focense, los ladrones actuaron en la zona. Gracias a una alerta vecinal emitida en torno a las cuatro de la pasada madrugada por los ruidos y golpes que se escucharon, los agentes de la Guardia Civil pudieron pillar in fraganti a un encapuchado en el interior de un céntrico bar ubicado en la Avenida da Mariña. Al identificarle, comprobaron que se trataba de un vecino de unos 40 años y procedieron a su detención. No se descarta que pueda estar relacionado con los otros dos robos registrados desde el pasado sábado en el municipio e incluso con otros anteriores.
Cuando los agentes llegaron al establecimiento, se encontraron al encapuchado en el interior, con la máquina recreativa forzada y los cajetines de su recaudación tirados por el suelo. El hostelero desconoce a cuánto ascendía el contenido y todavía ha de valorar los daños causados en el allanamiento, para el que se rompió el cristal blindado de la puerta y otro acceso en la galería del local. Parece que el ladrón también logró desactivar la alarma. Es el primer robo que sufre el bar desde hace al menos tres o cuatro años.
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Aparte, desde que la tarde noche del pasado sábado cerró una céntrica panadería focense, alguien entró en el local tras romper un cristal de la puerta de acceso. Del interior, fueron sustraídos 2.500 euros en efectivo que los responsables del negocio guardaban en un cajón —no en la registradora—. La Guardia Civil investiga estos hechos perpetrados entre los días 25 y el 26.
Se trata del mismo periodo de tiempo en el que se produjo otro robo del que tuvieron conocimiento los agentes de la Guardia Civil en la jornada del lunes. Ocurrió en una tienda que vende principalmente ropa de surf y deportiva y que fue allanada hace meses.
Delito: En principio, al detenido se le acusa de allanar el céntrico bar en el que forzó la máquina tragaperras
En esta ocasión, el comercio se vio afectado por un robo por el cual le fueron sustraídos doce pares de zapatos de distintas tipologías y marcas, valorados todos ellos en unos mil euros. Los propietarios hicieron a lo largo de la jornada un recuento exhaustivo de los objetos que podían faltar y de los daños causados por el ladrón o ladrones para allanar la tienda. El negocio cerró a las dos de la tarde del sábado y reabrió este lunes.
