Obituario: pesar en Begonte por la muerte del policía nacional José María Vilar Iglesias

Cuando estuvo destinado en tierras vascas sufrió la barbarie de un comando etarra

JOSÉ MARÍA Vilar bajó al sepulcro a los 63 años de edad víctima de una enfermedad que sobrellevó con gran entereza. Nativo de Donalbai (Begonte), formó matrimonio con Nieves Arias Piñeiro, de Bóveda, también del municipio de Begonte.

Desarrolló su actividad profesional en el cuerpo de la Policía Nacional. Cuando estuvo destinado a tierras vascas, sufrió la barbarie de un comando entarra, con policías fallecidos. José María salvó su vida, pero tardó tiempo en recuperarse. Posteriormente, estuvo adscrito a la comisaría de Lugo, donde se jubiló.

Su familia y los viajes a su tierra cuando sus quehaceres se lo permitían eran cosas que lo ilusionaban.

Hace unos meses, José María y su esposa ubicaban su definitivo domicilio en Rábade, donde construían una vivienda con apenas tiempo para integrarse con el vecindario cuando ocurre el mazazo de su pérdida. Como vecino ya mostraba sus comunidades humanas. Además, era un esposo y padre ejemplar. Todo esto se vio corroborado en sus exequias, tanto en el tanatorio de Rábade como en la misa en la misma localidad y el entierro en Donalbai. Fuimos muchas las personas que acudimos a rendir tributo a una gran persona. Se dio la circunstancia de que el funeral en Donalbai tuvo lugar coincidiendo con las fiestas patronales, que el extinto tantas veces frecuentó y de las que tanto disfrutaba.

Reiteramos nuestro más sentido pésame a la familia, de una manera especial a su esposa; a su padre, Manuel Vilar; sus hijos, Silvia y Rocío, y sus hijos políticos, Gabriel Ferreiro y Álvaro Sánchez. Elevamos una oración al todopoderoso por el eterno descanso del vecino y gran persona. 


 

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