Opinión

Nuevo líder por la derecha

LOS COMPROMISARIOS del Partido Popular han optado por la línea "renovadora" que tomó como bandera de discurso Pablo Casado. El nuevo liderazgo en el PP abre escenario nuevo en el centro derecha español y en los equilibrios que exige la situación española con un Gobierno en clara minoría y una agenda de graves problemas —Cataluña, el paro, el déficit o el preocupante endeudamiento, entre otros—, a la que se suman nubarrones de crisis. En este contexto, el nuevo líder del PP representa, por su discurso y por los referentes de apoyos, una línea dura y de un ultranacionalismo centralista o uniformista como respuesta a la cuestión catalana —al nacionalismo separatista— y a la España diversa de las autonomías. Es el campo que cree Pablo Casado y quienes le impulsaron que el PP de Rajoy y Santamaría le dejó libre a Ciudadanos. Es el neocentralismo y la respuesta al secesionismo con el mismo lenguaje nacionalista.

El nuevo liderazgo del PP, de mantenerse en las posiciones que se le supone por su campaña, deja abierta una reorganización del espacio de centroderecha. El electorado, según repiten una y otra vez, situaba ya al PP más a la derecha que Ciudadanos. Al partido de Rivera le quedaría así potenciar su imagen y su discurso más centrista y más liberal. Hay un par de detalles no menores: tanto el líder del PSOE, ahora en el Gobierno, como el del PP, carecen de experiencia de gestión en las administraciones. No hay paso anterior por una alcaldía o la presidencia de una comunidad autónoma, al modo de lo que sucede tradicionalmente en otras democracias. Y ninguno de los dos vivió directamente la transición del franquismo a la democracia.

La práctica y el lenguaje del consenso y el pacto, que marcaron en lo fundamental aquel tiempo, les resulta ajeno. Las líneas ‘sanitarias’ de separación están muy marcadas y pueden acentuarse.

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