"Nótase que é tempo de sementar"

El almacén de piensos es uno de los puntos concurridos en Rábade, junto con el supermercado. Se identificó a algún vecino que salía a la calle con una bolsa con el pretexto de ir a comprar
Un cliente sale de la tienda agropecuaria, Mercontrol. VICTORIA RODRÍGUEZ
photo_camera Un cliente sale de la tienda agropecuaria, Mercontrol. VICTORIA RODRÍGUEZ

Como en otras localidades, la actividad decayó en torno al 70% en Rábade, con los establecimientos hosteleros y comerciales cerrados y una notable reducción de la actividad de la fábrica de Finsa. La nota llamativa es la cola en el almacén de piensos y abonos. Es uno de los puntos más concurridos, junto con el principal supermercado de la localidad en horas puntas y la farmacia. Hay que alimentar a los animales y llegó la época de preparar la tierra y plantar.

Esta situación se nota también en la tienda agropecuaria, Mercontrol. Uno de sus empleados comenta que acude menos gente al local, pero aumentaron los pedidos a domicilio. "Nótase que estamos en tempo de sementar. A clientela demanda produtos".

Los locales de alimentación y de suministros agroganaderos sortean la crisis del coronavirus, mientras que la preocupación reina en la hostelería. "O problema non é so ter o local pechado. Aínda é máis preocupante o día despois. Os donos de bares e restaurantes preguntámonos polo nivel de actividade que teremos, aínda que nos deixen abrir, ata que apareza unha vacina contra a Covid-19", manifiesta Julio García, presidente de la asociación de hosteleros de Rábade. García cree que este sector será de los últimos en retomar el pulso anterior al estado de alarma.

La distribución de vinos, ámbito en el que el municipio cuenta con una larga tradición empresarial, también nota la crisis al cerrar los bares. Los dos hermanos propietarios de Vinos Vega, firma con 85 años de historia, continúan con la venta de vino a granel y embotellado a domicilio.

La actividad en las oficinas bancarias cayó en picado, lo que repercute en servicios auxiliares. Fátima Escobar Pavón, trabajadora de una empresa de limpieza, acude todos los días a desinfectar el cajero del Banco de Santander. Solo limpia la oficina entera los días de apertura, lunes y jueves.

La densidad del tráfico bajó de forma sustancial. A principios de mes aún se mantenía cierto movimiento de vehículos entre Lugo y el polígono industrial de la localidad, hasta que la ampliación del decreto de alarma y, sobre todo, los controles de la Guardia Civil frenaron el trasiego.

PICARESCA. Aunque la inmensa mayoría de los vecinos cumplen el confinamiento, en un pueblo pequeño como Rábade la Policía Local y la Guardia Civil detectan casos de picaresca, protagonizados por vecinos que salen a la calle con una bolsa con el pretexto de ir a la compra, pero se dedican a pasear. Esta circunstancia motivó que a algunos les anotasen el nombre para evitar que repitiesen la misma maniobra ese día.

La rutina apenas cambia entre la gente de edad avanzada, que sale poco. Es el caso de Josefa Vizcaino Penalonga, de 96 años, que vive sola en una casa de la Praza de la estación. Esta anciana continúa prácticamente con su vida habitual. Echa de menos no ver a algunos conocidos, pero tiene la compañía de la chica que le ayuda en casa por la mañana y por la noche. Ella prepara la comida de mediodía.

En la casa de al lado vive Oliva Martínez, que cumplió 97 años la semana pasada, con su hijo Manuel. Este sigue dando de comer a diario a un grupo de gatos callejeros que les sigue a todas partes. Cuentan con una persona que les ayuda y cuida, Josefa Eimil, que, además, se encargó de coserles unas mascarillas.

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