Benedicta Sánchez: "Non lembro o que falei con Pedro Sánchez, só que nos abrazamos"

La lucense volvió al cómodo anonimato de su casa en O Corgo después de tres días brillando como figura del cine español

Antes y después de ser proclamada como actriz revelación en los premios Goya por su interpretación en la película O que arde, Benedicta Sánchez atravesó la bóveda celeste del cine español dejando un rastro de fascinación y sonrisas.

Pedro Almodóvar besa la mano de Benedicta en la gala de los Goya. EFEEste domingo aún era el polo de las miradas mediáticas en Málaga y volvía a ser ella misma en su casa sosegada de O Corgo. Se sentía "agotada", todo lo que le pedía a la realidad es que le permitiese "comer e durmir, os animais teñen que comer e descansar". Había aterrizado con un fuerte dolor en una rodilla a causa de un tropiezo con un carrito.

En la noche del sábado al domingo no consiguió dormir.

—Pola emoción do premio, Benedicta?

—Que emoción? Foi porque non parei. Con todo o que andei no cóctel tiña feito o Camiño de Santiago!

La noche se había adelantado unas horas, a la tarde. Montó en un coche para ir al pabellón en que se desarrollaría la gala junto al director, Óliver Laxe, y el otro protagonista, Amador Arias. Atrás quedaron su hija, Emma Karina, y sus nietos. Ellos tres habían alquilado un apartamento cerca del hotel Barceló, donde se alojaba la intérprete. "Mi madre no estaba nada nerviosa cuando nos despidió en la recepción".

Se reunieron más tarde en la gala; pero, al comenzar las proclamaciones, Benedicta subió al escenario para hacerse con su trofeo. "Tardó una hora en volver, tuvimos miedo a que le hubiese pasado algo", recuerda Emma Karina.

"Regresó, se sentó a mi lado y me contó que había abrazado a Pedro Sánchez", el presidente del Gobierno, apunta la hija. Benedicta confirma que "nos demos un abrazo, pero non me lembro do que falamos. Gustaríame acordarme, pero os anos pesan".

"Con todo o que andei no cóctel tiña feito o Camiño de Santiago", dice Benedicta

Saludó también al cineasta de la noche del cine, Pedro Almodóvar, a quien Dolor y gloria le rindió los Goya a mejor película y mejor dirección junto a otros cinco galardones. Tampoco sabe qué comentó con el manchego, pero sí tiene claro que el realizador no le propuso hacer una película. "Nin se me pasara pola cabeza", señaló la actriz de O Corgo.

Emma Karina cuenta que "Xavi Font, el productor, tuvo que sacarla del brazo" de la fiesta posterior a la gala. Eran las cinco de la mañana y tiene 84 años. "Si no se la lleva Xavi no sé a qué hora nos hubiésemos ido. Todo el mundo se le acercaba y quería hacerse fotos con ella, y mi madre es amable". Al llegar al hotel, comió algo y se fue a dormir. "Non teño o corpo nin o espírito para estas triquiñuelas", advirtió.

El vuelo desde el aeropuerto de Málaga estaba programado para las 14.00 horas, pero Benedicta ya estaba moviéndose a las 9.00 de la mañana.

CABEZÓN. Benedicta Sánchez se marchó de Málaga sin la estatuilla del Goya. Había prometido que se lo cedería a su hija por haberla llevado al cásting de O que arde en Navia de Suarna y por hacerle de mánager a lo largo de este año.

Emma Karina lo tenía este domingo junto a ella en Málaga. Le calculaba "unos cuatro kilos de peso, es un auténtico cabezón". De momento, volverá en una furgoneta para Lugo. Después tendrá que buscarle un destino. "No sé dónde lo vamos a colocar. Tiene que ser un sitio especial".

La hija de Benedicta no tiene "claro" que se haya acabado el año de gloria sin dolor de su madre. Sospecha que continuará haciendo de "acompañante". Por ahora, tienen acordada que la galardonada acuda al programa Land Rover de la TVG, que en Galicia es toda una cumbre.

Siendo joven le gustaba más trabajar en el monte que el bordado
Son 84 años sin parar, empezó escapando al monte para hacer los trabajos agrícolas que hacia su padre, "montar en bicicleta, coller cereixas e nadar". Le llamaban Perico porque sus aficiones no eran actividades femeninas en la España de los años 40. Las chicas bordaban y esperaban a que les aflorase un noviazgo.

"O meu home non tiña unha presenza de galán de cine; era baixiño, tiña os ollos bonitos e era moi agradable. Se o vexo nunha festa non me tería fixado nel, pero viña pola casa e empezamos a falar". Se casaron cuando Benedicta tenía 17 años, a los ocho días de conocerse.

Río de Janeiro
Ocho años más tarde emigraban a Rio de Janeiro, donde permanecieron desde 1960 hasta 1979. La actriz trabajó en un chalet de lujo cinco meses. Hizo amistad con la dueña de la casa, que la llevaba al cine y al teatro. Después atendió en una librería de unos argentinos y tiró imágenes en un estudio de fotografía.

Siempre hacia lo más alto, compró unos mosquetones y una mochila para escalar todos los picos alrededor de la ciudad: desde el Dedo de Deus al Cantagalo. En aquellos años se hizo vegetariana porque su pareja optó por tener una alimentación natural.

Por medio mundo
El marido "empezou a ter celos", a considerarla una propiedad. Benedicta no iba a someterse. Como no existía el divorcio y solicitar la "separación de corpos" era muy caro por los abogados, "cada un colleu o seu camiño". Ella se fue más lejos: "Francia, Suíza, Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Londres... e de aí pasei a Siria, Israel —estiven sete días nun kibutz—... e de aí a Atenas".

Monte gallego
Regresó al monte gallego con una hija de casi ocho años, Emma Karina. Compró una cabra para poder alimentarse de su leche y acabó teniendo cincuenta. Su fama empezó con ellas: "Os coches paraban para ver a relación que eu tiña coas cabras".

El arco de sus ilusiones tardó setenta años en completarse. "Cando era moza a miña nai dicíame: 'O mundo que ti soñas non existe".

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