Opinión

No es creíble

DE LA misma manera que existe la creencia de que los sondeos electorales suelen ser favorables a quienes encargan las encuestas, que en algún caso puede responder a la realidad, también se dice que las del CIS favorecen siempre al Gobierno, no esta vez, y motivos hay para el desplome del partido gobernante. En cualquier caso, con independencia de su grado de aproximación, los tanteos exigen que sean creíbles, y los del CIS, en lo que se refiere a la valoración de los políticos, no lo parecen. Sin desmerecer sus potenciales méritos personales y políticos, cuesta entender como, después de Albert Rivera, la mejor evaluación recaiga en Joan Baldoví y Ana Oramas, diputados y portavoces, respectivamente, de Compromís y Coalición Canaria. Es muy probable que lo sean en sus circunscripciones, pero en el plano nacional sorprende que los encuestados los calificasen tan alto, porque no son tan conocidos como para poder opinar. ¿O se hace a ojo de buen cubero? Parece que lo que más se aprecia para graduar es el desconocimiento, y se castiga a Rajoy, Pedro Sánchez o Pablo Iglesias, quienes asumen mayores compromisos y riesgos en el panorama político.

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