Opinión

No engañan

EN TANTO que los socialistas piden la tan necesaria reconciliación y concordia entre catalanes, pero a costa de la incitadora petición de perdón para quienes no piden ser perdonados, los independentistas se mantienen firmes en más de lo mismo, en volver a dónde estábamos, lo que equivale a encallar el escenario. Lo que nadie puede reprocharles es engañar al electorado, aunque la sinceridad en política no siempre da buen resultado. O en este caso sí, vaya usted a saber. Y es evidente que si consiguen lo que pretenden, serán, con serlo también, los menos culpables de lo que ocurra. Quienes les apoyen no podrán nunca argumentar que no lo sabían, escudarse en el desconocimiento, en no estar al tanto del despropósito de quienes apremian la ruina de Cataluña de una vez por todas. Que no pidan después que les saquemos las castañas del fuego, pagando a escote las extravagancias y despilfarros de los que lo toman como un juego, pensando solo en la maléfica ensoñación soberanista que satisfaga su egocentrismo. Los primeros frutos a la vista están. Reincidir equivaldría a dar el puntillazo al estado de bienestar, por más que enmascaren el sablazo.

Comentarios