Monterroso, en la montaña rusa

Dos rupturas de gobierno y la sombra de la moción de censura, si el juez admite la expulsión de Gato de IxM, marcan un año de mandato con la gestión bloqueada por falta de presupuesto
Pleno para debatir el presupuesto de Monterroso, que no se sometió a votación. SEBAS SEBANDE
photo_camera Pleno para debatir el presupuesto de Monterroso, que no se sometió a votación. SEBAS SEBANDE

La política local de Monterroso se vive a ritmo de montaña rusa. El municipio es un caso único en España, con dos rupturas de gobierno en un año de mandato, que se cumple este domingo. El alcalde, el independiente Antonio Gato, cuenta con el único apoyo del concejal de Compromiso por Galicia, Xabier Vázquez García. Los vaivenes podrían acentuarse en función del fallo que emita el juzgado de lo Contencioso número dos de Lugo sobre la expulsión de Gato de Independentes por Monterroso (IxM). La decisión judicial, que previsiblemente se conocerá este mes, posibilitaría una moción de censura si el mandatario queda fuera del grupo con el que concurrió a las elecciones. Los tres concejales de IxM no pueden promoverla ahora porque vulnerarían la ley antitranfuguismo.

El mandato comenzó marcado por la incertidumbre. La constitución de la corporación se retrasó hasta el 5 de julio tras la reclamación de un voto nulo por parte del PSOE. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ratificó el resultado validado por la junta electoral de Chantada. IxM logró 799 sufragios y le arrebató el cuarto concejal a los socialistas -con 798 apoyos-, lo que le dio la opción de gobernar como fuerza más votada.

Gato tomó el bastón de mando con una apelación al consenso, que no logró concretar. Era la resurrección de un veterano político que ya gobernó Monterroso bajo las siglas del PSOE desde 1999 hasta 2015, año en el que fue derrotado en las urnas por Jesús Otero, su excompañero y enemigo íntimo, que promovió Inta. Gato volvió por sorpresa a la política, tras renunciar al acta de edil. También abandonó el PSOE en 2018, después de 43 años. Este regreso obedeció a la intención de devolverle la pelota a Álvaro Santos, que en su etapa de secretario provincial del PSOE incorporó afiliados a la agrupación monterrosina para apartarle.

La estabilidad duró poco más de un mes. Los otros tres concejales de IxM le retiraron el apoyo a Antonio Gato. Le acusaron de no hacerles partícipes del organigrama municipal, en el que pretendía incluir con una tenencia de alcaldía al portavoz popular, Eloy Pérez Sendín, que negó la existencia de un pacto firme para un bipartito.

El regidor convocó igualmente el pleno de organización y nombró tenientes de alcaldes a los concejales díscolos de IxM sin cerrar la crisis. No hubo reparto de delegaciones, ni se creó la junta de gobierno, una situación excepcional, aunque no sea obligatoria en municipios con menos de 5.000 habitantes.

EN SOLITARIO. Gato Soengas se vio abocado a gobernar en solitario, mediante decretos, hasta que en octubre rubricó un pacto en minoría con el PSOE y CxG, con los que sumaba cinco ediles. Sus excompañeros de IxM intentaron oficializar su expulsión en el pleno ordinario de diciembre y, días después, mediante un acta notarial. El regidor pidió el amparo del juzgado de lo Contencioso número 2 de Lugo, que dictó una medida cautelar a su favor, al entender que si le echaban mediante una notificación se vulneraban sus derechos al impedirle recurrir la decisión. El juez dictaminará si hay razones para que Gato siga o no en el grupo independiente. Esta circunstancia evitó la negociación de una moción de censura entre IxM y PP, que parecía inminente.

El acuerdo de gobierno con los socialistas se agrietó el 20 de marzo, al oponerse estos al decreto de cierre de la vivienda comunitaria a raíz de una alarma por un supuesto caso de coronavirus. Al final, ni hubo contagio, ni se cerró la residencia, pero el hecho cortó la relación del PSOE con Gato, que no cesó a sus aliados de las tenencias de alcaldía hasta mayo.

La inestabilidad política en Monterroso genera una situación compleja. La imposibilidad de aprobar los presupuestos en enero bloqueó la gestión. Gato no los sometió a votación para que no los rechazasen PP e IxM. La falta de proyecto presupuestario impide conceder ayudas nominativas a clubes y asociaciones. La directiva de la SD Monterroso, anunció que entregará el club al Concello si no llegan los fondos. El equipo de fútbol sala femenino se disolvió. Los grupos están obligados a acordar la aprobación de partidas específicas para sacar el tejido asociativo de esta crítica situación. Todos dicen estar de acuerdo, al menos en teoría. Sería la primera vez.

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