Opinión

Monitorizar al mundo

La epidemia de coronavirus ha generado tal alarma que hasta se ha tomado la temperatura a todos los asistentes a un acto del presidente ruso, Vladímir Putin. Los 500 muertos y las decenas de  miles de afectados en China son solo parte de un problema que puede afectar, o lo está haciendo ya, a la economía mundial. Probablemente, traerá cambios a nuestra vida en pocos años, aunque algunos ya aparecen esbozados hoy en día. 

Monitorizarnos con las wearables de relojes o pulseras inteligentes es nuevo hábito aunque no seamos deportistas ni padezcamos enfermedades crónicas ni, tampoco, seamos personas mayores que viven aisladas y pendientes de los gadgets de teleasistencia. La mayoría usa estos artilugios con un efecto motivador de hábitos saludables. Yo mismo tengo un aparato chino conectado al teléfono para ello. Me toma datos de los pasos diarios que doy, las calorías que quemo, la evolución de mi peso corporal, el latido cardíaco o si duermo lo suficiente. De las pulseras podría pasarse a dispositivos implantados y, a lo mejor pronto, medirán los niveles de azúcar, el estrés, la temperatura... y China monitorizará (vigilará con GPS) al mundo. Frente a los virus, claro.