En Monforte no se pudo comer pulpo en la feria más importante del mes

Acudieron cinco puestos que pensaban poder servir raciones, pero al final solo se podían llevar
Tres de los cinco puestos montados este domingo en la feria de Monforte. L.A.R.
photo_camera Tres de los cinco puestos montados este domingo en la feria de Monforte. L.A.R.

Cuentan las leyendas que las pulpeiras de O Carballiño aprendieron a cocer este plato y aderezarlo con las partes justas de sal, pimentón y aceite siguiendo la receta de las profesionales de Monforte, donde existe una larga tradición, con algunas familias que, casi un siglo después, siguen al pie del cañón. Este domingo, el día de feria más importante del mes, en el recinto ganadero monfortino se dieron cita cinco de los siete pulpeiros que acuden habitualmente, pero se encontraron con el problema de no poder servir raciones a las numerosas personas que se acercaron pensando que sí.

La Policía Local echó mano de la normativa sanitaria y les impidió que montasen las mesas en las naves que ocupan, pero también les negaron (de ello se quejaron los pulpeiros) la posibilidad de que esas mesas corridas tan típicas de una feria las colocasen en el exterior. El negocio para los pulpeiros fue casi nulo, ya que la inmensa mayoría del público dio media vuelta al saber que no podía comer unas raciones en el lugar. Los más antojadizos, también los que menos, pidieron que les cortasen unos rabos para llevárselos a casa.

Una de las pulpeiras que estuvo en la feria indicó que si no fuese por el coronavirus, "un día coma hoxe (por este domingo), e con este bo tempo, non teríamos mans para cocer o polbo e cortar racións". 

La afluencia de vecinos fue considerable, como las de los puestos de productos agroalimentarios, una treintena, Nada tuvo que ver la feria de este domingo con la del día 6, cuando en el recinto ferial solo se habían dado cita dos monfortinos que venden hortalizas que cosechan en sus fincas.

CASTROVERDE. En la localidad de Castroverde se celebró este domingo una de sus dos ferias mensuales, que se alternan con las de Meira. Acudieron las dos pulperías habituales, que, como en el caso de Monforte, solo pudieron vender raciones para llevar. Hubo un buen número de personas, ya que en Castroverde es habitual acudir al mercado para comprar pulpo para comer en casa.

Por lo demás en la feria se dieron cita dos puestos de venta de pan y uno de productos textiles.

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