El maratón de orquestas que empezó el viernes en la ciudad mindoniense y que culmina esta noche con la París de Noia, entre otras formaciones, atrae a cientos de fans de estos grupos. Entre los asistentes los hay que se han pasado horas sin dormir, como un ponferradino que se fue la tarde del sábado y una familia de Cedeira que disfruta todo el fin de semana de la fiesta. Al lado se instaló la Pulpería Mario de Viveiro y la hostelería local está volcada con la cita.
El presidente de la Asociación Gallega de Orquestas, Manuel Fariña, destaca los apoyos que están recibiendo, en forma de firmas, para que las verbenas gallegas sean declaradas Patrimonio Cultural e Inmaterial de Galicia. Éste es uno de los motivos por los que el colectivo, en colaboración con el Concello de Mondoñedo, organiza este festival pionero, que se repetirá el año próximo.
El cofundador de la orquesta La Oca, Daniel Dopazo, añade que "la verbena gallega es única y de hecho así lo ven músicos de todo el mundo que se vienen aquí a vivir, porque es el único sitio donde las verbenas duran todo el año, en gran medida, gracias a las fiestas parroquiales".
Una de las vocalistas del grupo Principal, Laura Miel, –que se confiesa fan de la canción Luna de Miel de Paloma San Basilio–, reconoce que las orquestas adaptan su repertorio al público, muy variopinto, puesto que también hay numerosos jóvenes entre los asistentes. La música en directo motiva a las nuevas generaciones, representadas por la lucense Paula Sinde, que tocó el saxofón durante ocho años en uno de estos grupos; Ismael Basanta, de 25 años, que acudió desde Ferrol o uno de los cantantes de Marbella, el meirense de 28 años Raúl Campo.
