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Microbiota intestinal

Este término engloba a los miles de microorganismos que viven en el intestino, auténticos guardianes de nuestro estado de salud y nuestro bienestar

Fermented preserved vegetables in jar on wooden table.

Sabes todo lo que la microbiota intestinal puede hacer por tu salud y bienestar? La microbiota intestinal está compuesta por esos miles de microorganismos que habitan nuestro intestino. Manteniendo a esos bichitos en las cantidades adecuadas obtendremos muchos beneficios para nuestra salud, ya que además de ser ellos quienes se encargan de la asimilación de nutrientes, son fundamentales para el sistema inmunitario y para la síntesis de ciertos componentes, como la vitamina K y algunas vitaminas del grupo B. 

Existe una amplia evidencia científica sobre su relación con la obesidad, la inflamación intestinal, dermatitis, psoriasis, alteraciones intestinales, alteraciones del estado de ánimo… tanto en adultos como en niños. Es una relación bidireccional, ya que si la microbiota tiene el poder de influir en nuestra salud, nosotros tenemos el poder de influir sobre la microbiota. Factores como la alimentación, el estrés, el ejercicio físico o la toma de antibióticos determinan las bacterias que pueblan nuestro intestino. 

¿Qué factores empeoran la microbiota? 

Entre estos estarían: 
-Antibióticos. 
-El estrés. 
-Consumo de antiácidos e inhibidores de la bomba de protones. 
-Los antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, aspirina®…). 
-Píldoras anticonceptivas. 
-Edulcorantes artificiales. 
-El déficit de fibra. 
-Un exceso de azúcar y grasas en la alimentación. 
-Tratamientos médicos como la quimioterapia. 
-Consumo de alcohol. 

Alerta de un problema 

Hay una serie de síntomas que nos generan mal estado, pero que en realidad también nos pueden estar indicando un mal estado de la microbiota intestinal: 
-Dificultad para perder peso. 
-Diarrea. 
-Sensación de hinchazón, pesadez, distensión abdominal… 
-Candidiasis recurrentes. 
-Gases excesivos. 
-Malas digestiones, reflujo… 
-Mal aliento, gingivitis… 
-Mucosidad en heces. 

Un desequilibrio en la flora intestinal, además de generar síntomas como los nombrados anteriormente, también se puede detectar por los análisis específicos de microbiota intestinal con los que trabajar directamente sobre ella. En caso de desequilibrio, se puede reestructurar mediante la alimentación y/o toma de probióticos. 

¿Por qué es tan importante? 

La microbiota es importante para nuestra salud porque se encarga de la absorción de sustancias como las vitaminas K, B12, B3, B6, B9, biotina…, además de contribuir a la fermentación de carbohidratos y ácidos grasos que nuestro organismo no asimilaría sin su acción, y a la mejora de la digestión y función intestinal. Por si todo esto no fuera suficiente, nos protege de microorganismos patógenos y oportunistas y es fundamental para un buen funcionamiento del sistema inmunitario. 

¿Cómo podemos mantenerla en buen estado? 

Cuánto más rica en fibra es la dieta de una persona, más diversidad bacteriana tiene su microbiota y, por el contrario, cuántos más azucares simples y grasas se consuman, peor será su microbiota intestinal. 

Existen alimentos con efecto prebiótico, es decir, con la capacidad de servir de nutriente para la microbiota intestinal y contribuir a su mejora. Los prebióticos promueven el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas. ¿Qué alimentos actúan como prebióticos? En general todos aquellos ricos en fibra soluble, es decir todas las verduras y frutas, así como las patatas cocidas frías, el arroz y la pasta fríos, el pan del día anterior…

También existen alimentos que aportan probióticos, es decir, microorganismos vivos. Estos alimentos son el yogur natural, el kéfir, el chucrut (repollo fermentado)… 

A día de hoy, se puede afirmar rotundamente que hay alimentos que contribuyen a la mejora de la microbiota intestinal y otros que la empeoran. Los que contribuyen a mejorarla serían: 
-Verduras. 
-Frutas. 
-Legumbres. 
-Cereales integrales (en pasta integral, pan integral, arroz integral…). 
-Patatas cocidas. 
-Frutos secos. 

Los alimentos que la empeoran serían: 
-Azúcares simples. 
-Hidratos de carbono refinados (pan blanco, harinas, pasta…). 
-Todos los productos de bollería. 
-Aceites refinados (todos aquellos que no son vírgenes). 
-Edulcorantes polialcoholes (sorbitol, xilitol, maltitol…).

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